Rosberg le quita el broche a Hamilton en Abu Dabi

MADRID. Nico Rosberg ganó el GP de Abu Dabi, la última carrera del Mundial de F1, que hacía tres carreras se había anotado matemáticamente Lewis Hamilton, al que relegó al segundo puesto, arrebatándole el broche de oro en el cierre del año.

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Rosberg, de nuevo subcampeón, salió primero en Yas Marina tras lograr su sexta 'pole' consecutiva el sábado -la séptima de 2015-, y sólo cedió provisionalmente el liderato, a su antagonista británico, en la primera de sus dos paradas.

En una carrera en la que Mercedes cerró de forma brillante su segundo año triunfal, con dos nuevos récords, al firmar su duodécimo 'doblete' del año y acabar el Mundial de constructores -que ya había revalidado en octubre el Gran Premio de Rusia- con 703 puntos, dos más que la temporada pasada y sin la controvertida regla de puntuación doble en la última carrera.

Hamilton, de 30 años, ya había festejado su tercera corona el pasado 25 de octubre en Austin (Texas), tras ganar el Gran Premio de Estados Unidos, que supuso su décima victoria del año. El excéntrico y espectacular campeón de Stevenage aseguró ese día su tercer título, revalidando con Mercedes una campeonato que también se anotó en 2008, a bordo de un McLaren.

Pero desde entonces, todas las victorias -en México y Brasil; y la de este domingo- las ha capturado Rosberg, que firmó en Abu Dabi su decimocuarto éxito en F1. Y de paso le aguó la fiesta final a su colega y gran rival, que quería lograr en Yas Marina, donde el año pasado festejó su segundo título, su victoria 44, el número que lleva en su coche, coincidiendo, además, con el cuadragésimo cuarto aniversario de los Emiratos Árabes Unidos.

Hamilton se conformó el suculento botín de acabar el año como tricampeón y con la tercera marca histórica de victorias, que sólo superan el cuádruple campeón mundial francés Alain Prost (con 51) y el estratosférico Michael Schumacher, que ganó 91 carreras y siete mundiales para Alemania.

Y con firmar la vuelta rápida -la 44, precisamente- en una carrera que arrancó de día y concluyó con luz artificial en las modernas instalaciones de Yas Marina. En la que el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) fue tercero y capturó el cuarto puesto en el campeonato, lo único que estaba en juego, en detrimento de su compatriota Valtteri Bottas (Williams), cuyo equipo la pifió por completo en su primer 'pit stop'.

Bottas -que acabaría decimotercero- se incorporó de forma temeraria ('unsafe release') tras su pase por garajes, golpeando al inglés Jenson Button (McLaren), por lo que tuvo que volver a entrar a cambiar el morro y recibió una sanción de cinco segundos.

Kimi -último campeón mundial de Ferrari, en 2007- concluyó justo por delante de su compañero alemán Sebastian Vettel, líder del cuatrienio glorioso de Red Bull, que logró los únicos tres triunfos que no se apuntaron las 'flechas de plata' y acabó tercero el Mundial, a 103 de los 381 puntos con lo que se coronó Hamilton.

Y en quinta posición, tras arrancar cuarto, acabó el mexicano Sergio Pérez (Force India), que, con 25 años, completó su mejor temporada, concluyendo el Mundial en novena posición, con 78 puntos.

Carlos Sainz (Toro Rosso), de 24, hijo del doble campeón mundial de rallys de mismo nombre, acabó con nota alta una temporada en la que sólo los fallos estratégicos y la falta de fiabilidad evitaron que acabase más adelante. El debutante madrileño fue undécimo y no puntuó, pero acabó la última carrera por delante de su compañero holandés Max Verstappen, el mejor neófito del año (duodécimo, con 49 puntos) al que superó en el duelo interno de calificación (10-19).

Sainz fue, por primera vez en quince años, el mejor español en un Mundial de Fórmula Uno, al acabar decimoquinto, con 18 puntos, siete más que Fernando Alonso, que respiró, aliviado por el final una temporada de pesadilla, la peor de toda la historia de McLaren, en su reencuentro con el motorista japonés Honda.

Tras usar doce motores -ocho más de lo permitido-, con las consiguientes penalizaciones que le hicieron salir casi siempre desde el fondo de parrilla; y con ocho abandonos, Alonso completó su 'annus horribilis', en su regreso a la escudería que preside Ron Dennis, con un decimoséptimo puesto en Abu Dabi.

Donde sólo pudo superar a los Manor del inglés Will Stevens y del castellonense Roberto Merhi, el tercer español en pista, que hizo todo lo que pudo el año de su debut con el peor coche en pista.

El doble campeón mundial asturiano (2005 y 2006, con Renault), que el sábado sufrió un pinchazo y quedó eliminado en la Q1, fue golpeado en la salida por el Sauber del brasileño Felipe Nasr, lo que provocó que, a su vez, echase de pista y forzase el abandono a las primeras de cambio del venezolano Pastor Maldonado (Lotus), decimocuarto en el Mundial, con 27 puntos.

Alonso rompió una llanta, tuvo que parar en garaje y, además, fue sancionado con un 'drive through', por lo que, desde ese momento, completó la carrera desde los puestos de detrás.

Rosberg salió bien, paró dos veces -en la décima y en la trigésima primera de las 55 vueltas que se dieron a Yas Marina- y batió sin mayores problemas a Hamilton, que hizo su primera entrada en garaje un giro después que Nico, pero prolongó su segunda entrada hasta la 40.

El inglés, que llegó a recortar cinco de los segundos perdidos, entró en meta a ocho segundos del hijo del mítico Keke Rosberg -campeón del mundo para Finlandia en 1982-. Sainz, que salió décimo y llegó a ir quinto, libró un interesante duelo final con Kvyat pero no pudo puntuar en la última carrera de su primer curso en F1. Se conformó con un undécimo puesto, en espera del nuevo motor Ferrari que el año próximo está llamado a alzar a mejores puestos a la escudería de Faenza.

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