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Las mismas son: tasas impositivas y presión tributaria bajas para el nivel de desarrollo del país, el estancamiento de la presión tributaria, el predominio de impuestos indirectos, asimetría entre estructura impositiva y sectores económicos, elevados gastos tributarios e impacto fiscal regresivo.
Los especialistas destacan que las tasas de impuesto a la renta corporativa (IRC) e impuesto al valor agregado (IVA) son menores en Paraguay (10% en ambos) con respecto a países relativamente similares como Bolivia (25% de IRC y 13% de IVA) y Uruguay (25% de IRC y 23% de IVA).
La situación es la misma en lo que concierne a los ingresos tributarios en relación al PIB de los mismos impuestos. El Paraguay recauda 2,5% y 6,4% de IRC e IVA, respectivamente, porcentajes menores que los de Bolivia (5,1% y 10,0%) y Uruguay (7,0% y 8,8%). La presión tributaria se mide como los ingresos tributarios del Estado sobre el PIB. La presión tributaria promedio (2010-13) de Paraguay (12,3%) se ubica por debajo del nivel de Bolivia y Uruguay (ambos con 19,2%).
Aunque a menudo se argumenta que las bajas tasas impositivas y baja presión tributaria atraen inversiones y mejoran la competitividad económica del país, el Paraguay se encuentra en la posición 120 de 144 en nivel de competitividad según el informe de competitividad global del World Economic Forum, por debajo de Uruguay (80) y Bolivia (105).
Según este informe, una fuerte competitividad depende del estado de las instituciones, la calidad de servicios públicos, el desarrollo del capital humano y la disponibilidad de infraestructura, los cuales requieren un mayor gasto público.
Por otro lado, afirman que una mayor presión tributaria permite elevar los gastos públicos para ayudar a mejorar la competitividad. De todas formas, hubo un incremento en la presión tributaria desde 2005, de 10,1% a 12,7% del PIB. Sin embargo, a partir de 2012 hubo un estancamiento en alrededor de ese porcentaje del 12,7%.