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Al respecto, el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kelly, aseguró que su departamento actuará “conforme a derecho y respetando los derechos humanos” cuando se den casos de deportaciones.
Si bien no se usará la fuerza militar en los controles fronterizos, sí “habrá un operativo sistemático, organizado y enfocado en la entrega de resultados”, dijo.
Por su parte, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que se acordó con las autoridades mexicanas mantener “la ley y el orden” en la frontera y frenar el tráfico de drogas, armas y personas.
El Gobierno de Donald Trump, dijo Tillerson, reconoce la cooperación que ya existe entre ambos países “para reducir la inmigración reforzando la frontera sur” e impulsando las relaciones con Guatemala, Honduras y El Salvador para estimular las oportunidades económicas en la región”.