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Esa frase tan contundente y tras apreciaciones del prelado golpearon duro al “quincho” y a “Pinocho” Peña parece porque los “perifoneros” estaban muy nerviosos desde tempranas horas cuando leyeron el titular del diario.
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A toda costa intentaron que desmintiera la información y el cardenal fue más duro aún.
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Desde fuera del país se percibe perfectamente que en Paraguay no se gobierna desde el Palacio de López ni de Mburuvicha Róga, sino de otro sitio, donde los intereses no están en las necesidades urgentes de la ciudadanía, sino en los amigos del poder.
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Algunos legisladores insisten, a través de sus voceros, que ñandeko merecen una jubilación buena. Todos los trabajadores del país (llámese trabajo a toda actividad legal) tienen derecho a una buena jubilación sustentable en el tiempo, sin recurrir al sacrificio económico de los contribuyentes. Ergo: salvataje o subsidio.
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Estas jubilaciones VIP que tenemos en Paraguay no queremos porque el contribuyente renuncia a su buen vivir para que otros gocen la “dolce vita”. Y eso no es justo. Se le incluye a la Caja Parlamentaria, que el año pasado recibió un salvataje de G. 2.500 millones para que no se vaya al mazo.
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Encima que “la aplanadora del bien” legisla en contra de la gente, ahora quieren que le aplaudamos porque se retiran con buena jubilación en apenas dos periodos y el común de los mortales con 30 años de aporte y 60 años o más de servicio.
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La comisión cartista “garrote-perifonera” terminó en un vyrorei atómico. Ayer, el senador liberocartista Dionisio Amarilla presentó el informe, que parece una catarsis y un plagueo de comité o seccional.
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En realidad, no se esperaba gran cosa con Leite, Amarilla, Jatar Fernández, Rodrigo Gamarra y Héctor “Bocha” Fernández. Colym era el único que no seguía la narrativa del “quincho”.
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El “Oso” y el “Rabioso” difícilmente hayan cooperado en una oración de los nueve tomos. Para los insultos están, pero el tema de una investigación legislativa seria, ya les cuesta bastante.