El presidente de le Corte Suprema de Justicia, Luis María Benítez Riera no acudió al llamado de la comisión garrote para hablar sobre un caso que afecta al remate en juicio de ejecución hipotecaría sobre la estancia Cielo Azul. El magistrado, se excusó por ser preopinante en la causa, razón por la cual se encuentra inhabilitado legalmente para concurrir.
El senador Dionisio Amarilla Guirland desconoció la resolución de la ANDE por la cual se intimaba al Consorcio Arapoty Transformadores a pagar G. 4.852 millones por el incumplimiento de un contrato firmado en 2020 para la provisión de 1.440 transformadores. El legislador, que actualmente preside una comisión bicameral que debe investigar el lavado de dinero, sin embargo, era parte en forma unipersonal del grupo empresarial cuando se cobró el anticipo de G. 3.427 millones. Incluso, estaba al frente de la firma cuando se produjo el incumplimiento, según revelan documentos internos de la compañía de electricidad estatal.
El chofer del senador Silvio Beto Ovelar, funcionario de la Cámara de Senadores con jugoso sueldo, presentó su renuncia como docente del cuarto ciclo en Coronel Oviedo donde “desarrollaba” clases de lunes a viernes de 17:45 a 20:45 . El pasado lunes se instaló un equipo interventor del MEC para evaluar sus asistencias. El ministro de Educación, había dicho que todo estaba bien.
El diario se impuso en la sociedad desde su primer día de circulación, en 1967, ofreciendo lo último en tecnología de la época, el sistema offset de impresión y el color. ABC se fundó en pleno auge del autoritarismo stronista, un término lejano este para los jóvenes de hoy que no conocieron el estado policiaco en que se desenvolvió el país tanto tiempo y que mantuvo a cada ciudadano vigilado en todos sus actos. Una mera intriga era suficiente para ser perseguido, preso o exiliado.
Sería incompleta esta recordación del nuevo aniversario del diario si no se incluyera, por lo menos alguito, los hechos y personas que fueron noticias relevantes, curiosas, polémicas. Fueron tantas que me limitaré a narrar, con la brevedad necesaria, las que a mí me tocó vivir. Muchos colegas de este y otros medios tendrán mejores historias que contar. Tuve la suerte de pertenecer a una generación de periodistas que conoció de cerca las transformaciones del país a partir de Itaipú y lo que se dio en llamar “la invasión brasileña”.
¡Cincuenta y siete años! Es el tiempo que llevo pegado a la vida del diario que me permitió el privilegio de conocer a muchos periodistas y tratar muy de cerca a algunos de ellos, conocerlos, quererlos, recordarlos siempre. También me cupo la ocasión de informar sobre acontecimientos novedosos, pintorescos, dramáticos, algunos de los cuales -muy pocos por razones de espacio- voy a evocarlos.