Uno de los términos que acusa importante ampliación y sentido en Aristóteles hace referencia directa a lo causal. En la Antigüedad, los griegos pensaban que había un solo tipo de causa para explicarlo todo. El estagirita, como cientificista, asume que en realidad hay cuatro "causas"
Explicó que estas son las siguientes: en primer lugar, la causa material, es decir, la materia de la que está compuesta una cosa; la segunda, la causa eficiente o motriz, esto es la causa del movimiento, generación o cambio; la tercera, la causa formal, que constituye la especie, su tipo o clase, y en cuarto lugar, la causa final, el objetivo o pleno desarrollo de un individuo. Esta causa final consiste en la función planeada para un individuo, construcción o invento.
Para su mejor comprensión, pone como ejemplo un caballo, cuya causa material lo constituyen sus tejidos y órganos; la causa eficiente o motriz serían sus creadores, es decir, sus padres; la causa formal se refiere directamente a su especie. ¿Qué es entonces su causa final?, pues explica que es aquel impulso innato que lo habría de convertir en un ejemplar maduro.
Señala Aristóteles que estas cuatro causas se explican de forma analógica, aunque en contextos diferentes para todo lo que existe. Indica para ejemplificar que, en una estatua, su causa material es justamente el tipo de materia que se utilizó para esculpirla. ¿Cuál sería entonces la causa eficiente? Pues el escultor. Asimismo su causa final es su función, ser una obra de arte.
DE LA LÓGICA Y LO DIVINO
Una de las obras más importantes de Aristóteles fue el desarrollo de su lógica, si bien con el tiempo no faltaron detractores. Para ello desarrolló reglas con el fin de obtener un razonamiento encadenado que, según él, si se respetaban, no producirían nunca falsas conclusiones, siempre que la reflexión partiese de premisas verdaderas.
Distinguió entre la dialéctica y la analítica. Dice que la dialéctica solo comprueba las opiniones por su consistencia lógica. La analítica, en cambio, trabaja de forma deductiva a partir de principios que descansan sobre la experiencia y una observación precisa.
Aristóteles creía en la existencia de un ser divino al que describe como "Primer Motor", responsable de la unidad y la significación de toda la naturaleza. En esto consiste su metafísica. Escribió que, en su calidad de ser perfecto, Dios es el ejemplo en el que deberían aspirar a reflejarse todos los seres del mundo, en la medida que deseen participar de la perfección. Sin embargo, el conocimiento de la divinidad de parte del hombre, está limitado por lo que la ciencia alcanza y permite establecer.
SU LEGADO
Luego de la caída del Imperio romano, las obras de Aristóteles desaparecieron en Occidente. Fueron sabios árabes quienes las rescataron y tradujeron a su idioma para los estudiosos del Islam. El más famoso fue Averroes, un filósofo hispano-árabe del siglo XVIII.
Fue en esta época que el Occidente latino recobró su interés por sus obras. En la Edad Media, Tomás de Aquino las tomó para la base filosófica del cristianismo, por más que sus interpretaciones fueran después cuestionadas por la Iglesia.
Fue inevitable que en las primeras fases de este redescubrimiento, el pensamiento aristotélico fuera tomado con recelo. Se creía que sus ideas cientificistas podían conducir a una visión materialista del universo.
No obstante, el aristotelismo tomista terminaría por ser aceptado, lo que permitió que más tarde, la Escolástica desarrollara su base filosófica en la adaptación de Aquino sobre el último gran filósofo griego.
La influencia de Aristóteles en el lenguaje moderno ha sido general en Occidente. Hasta el Renacimiento, y en algunos lugares, incluso después, no solamente astrónomos, sino poetas, ensalzaron el concepto aristotélico del universo. Tan grande fue su influencia en zoología que tuvieron que pasar siglos, antes de que en el siglo XIX, el británico Charles Darwin cuestionase su concepto sobre la inmutabilidad de las especies.
Explicó que estas son las siguientes: en primer lugar, la causa material, es decir, la materia de la que está compuesta una cosa; la segunda, la causa eficiente o motriz, esto es la causa del movimiento, generación o cambio; la tercera, la causa formal, que constituye la especie, su tipo o clase, y en cuarto lugar, la causa final, el objetivo o pleno desarrollo de un individuo. Esta causa final consiste en la función planeada para un individuo, construcción o invento.
Para su mejor comprensión, pone como ejemplo un caballo, cuya causa material lo constituyen sus tejidos y órganos; la causa eficiente o motriz serían sus creadores, es decir, sus padres; la causa formal se refiere directamente a su especie. ¿Qué es entonces su causa final?, pues explica que es aquel impulso innato que lo habría de convertir en un ejemplar maduro.
Señala Aristóteles que estas cuatro causas se explican de forma analógica, aunque en contextos diferentes para todo lo que existe. Indica para ejemplificar que, en una estatua, su causa material es justamente el tipo de materia que se utilizó para esculpirla. ¿Cuál sería entonces la causa eficiente? Pues el escultor. Asimismo su causa final es su función, ser una obra de arte.
DE LA LÓGICA Y LO DIVINO
Una de las obras más importantes de Aristóteles fue el desarrollo de su lógica, si bien con el tiempo no faltaron detractores. Para ello desarrolló reglas con el fin de obtener un razonamiento encadenado que, según él, si se respetaban, no producirían nunca falsas conclusiones, siempre que la reflexión partiese de premisas verdaderas.
Distinguió entre la dialéctica y la analítica. Dice que la dialéctica solo comprueba las opiniones por su consistencia lógica. La analítica, en cambio, trabaja de forma deductiva a partir de principios que descansan sobre la experiencia y una observación precisa.
Aristóteles creía en la existencia de un ser divino al que describe como "Primer Motor", responsable de la unidad y la significación de toda la naturaleza. En esto consiste su metafísica. Escribió que, en su calidad de ser perfecto, Dios es el ejemplo en el que deberían aspirar a reflejarse todos los seres del mundo, en la medida que deseen participar de la perfección. Sin embargo, el conocimiento de la divinidad de parte del hombre, está limitado por lo que la ciencia alcanza y permite establecer.
SU LEGADO
Luego de la caída del Imperio romano, las obras de Aristóteles desaparecieron en Occidente. Fueron sabios árabes quienes las rescataron y tradujeron a su idioma para los estudiosos del Islam. El más famoso fue Averroes, un filósofo hispano-árabe del siglo XVIII.
Fue en esta época que el Occidente latino recobró su interés por sus obras. En la Edad Media, Tomás de Aquino las tomó para la base filosófica del cristianismo, por más que sus interpretaciones fueran después cuestionadas por la Iglesia.
Fue inevitable que en las primeras fases de este redescubrimiento, el pensamiento aristotélico fuera tomado con recelo. Se creía que sus ideas cientificistas podían conducir a una visión materialista del universo.
No obstante, el aristotelismo tomista terminaría por ser aceptado, lo que permitió que más tarde, la Escolástica desarrollara su base filosófica en la adaptación de Aquino sobre el último gran filósofo griego.
La influencia de Aristóteles en el lenguaje moderno ha sido general en Occidente. Hasta el Renacimiento, y en algunos lugares, incluso después, no solamente astrónomos, sino poetas, ensalzaron el concepto aristotélico del universo. Tan grande fue su influencia en zoología que tuvieron que pasar siglos, antes de que en el siglo XIX, el británico Charles Darwin cuestionase su concepto sobre la inmutabilidad de las especies.