A sabiendas de una lucha perdida en todos los frentes, reitero este año mi denuncia de que se ha robado a los obreros su día, tradicionalmente el 1 de mayo. Pasó a llamarse día del trabajador. Son conocidas las condiciones extremas, largamente padecidas, por los obreros de las fábricas norteamericanas. Junto con los escasos salarios soportaban 12 horas de trabajo, entre seis y siete días semanales.
La Cámara de Senadores solicita informes sobre las actividades de dos entidades civiles de acción privada: Autores Paraguayos Asociados (APA) y la integrada por Artistas, Intérpretes o Ejecutantes (AIE). El pedido se apoya en el artículo 192 de la Constitución Nacional que nada tiene que ver con la intención de los senadores, pero sirve para evidenciar, una vez más, la vocación autoritaria del cartismo, agravada por la irresponsabilidad en el tratamiento de los temas que debe considerar.
El celebrado escritor español, Javier Cercas, acaba de publicar “El loco de Dios en el fin del mundo” (Edit. Random House, abril 2025). Nos cuenta que aceptó la invitación de acompañar al Papa Francisco -”el loco de Dios”- a Mongolia –”el fin del mundo”- con una condición: “Siempre y cuando yo pudiese conversar unos minutos a solas con él para hablarle de la resurrección de la carne y la vida eterna y preguntarle si mi madre iba a ver a mi padre después de muerta”.
Varias voces se alzan a favor del juicio político a Santiago Peña por todo cuanto se publica, documentadamente, sobre sus multimillonarios negocios. El constitucionalista, Hugo Estigarribia –exconvencional constituyente, exparlamentario- posteó: “Negocios privados vs. Interés público. Peña, atrapado en conflicto de intereses, debe ser objeto de juicio político sin importar que no se obtenga, ahora, los votos en Diputados. La oposición debe iniciar el proceso por la institucionalidad de la República”. A continuación, cita los artículos 225 y 237 de la Constitución Nacional que avalan el pedido.
El diputado cartista, Esteban Samaniego, se aferra a sus fueros para evitar rendir cuentas a la justicia por el presunto desvío de 1.100 millones de guaraníes cuando fue intendente municipal de Quyquyho. Tiene cuatro pedidos de desafuero que incluyen otros delitos.
Desde hace tres años arrastro esta enfermedad que cambió mi vida para siempre, también la de mi madre y dos hijos menores. Comenzó con pequeñas molestias, insignificantes, que no merecían preocupación. Eso me parecía hasta que me fui al médico. Me hizo hacer algunos estudios cuyo resultado me hundió en la desesperación: cáncer. Pero no se preocupe –quiso consolarme el médico- todavía es incipiente y podemos vencerlo con el tratamiento de rigor. Le prometí –y me prometí- que lo haría con entera puntualidad. Somos una familia pobre, pero aun asì teníamos algunas cosas que empeñar. Cosas que malvender, apretados por la urgencia.
Ya estamos con otro alboroto sin salir aún de la conmoción que deja las publicaciones de los hechos delictivos, y sus ramificaciones, del exdiputado cartista, Lalo Gómez. Con este caso quedaron al descubierto los manejos criminales del poder. Al mismo tiempo, la complicidad de la justicia con esos hechos que van camino a la nada. El nuevo escándalo son los pupitres chinos comprados por Itaipú. De acuerdo con la tradición, pronto acabará sepultado por otro ruidoso incidente. Mientras tanto, quedará por lo menos la sospecha de un nuevo robo.
Un suspiro de alivio llenó el país cuando Sandra Quiñónez dejó la Fiscalía General del Estado. Fue luego de cinco años de poner las leyes patas arriba para favorecer a los dueños del poder. Creíamos que nunca más vendría alguien como ella. Vino y resultó peor.
Pactar es “acordar dos o más personas o entidades algo que se comprometen a cumplir”. Este desafío a la sociedad le hace la Editorial El Lector con su proyecto “Un pacto con la lectura”, presentado el miércoles ante una numerosa y calificada concurrencia. Muchos de los asistentes rubricaron el pacto como un deber de ocuparse en divulgar las ventajas de la lectura.
El diputado cartista, Yamil Esgaib, salió a decir: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Fue cuando se trataba la renuncia del exdiputado Orlando Arévalo. Con la frase bíblica, Esgaib le dijo a sus colegas cartistas y satélites que no estaban moralmente calificados para condenar a nadie. Es cierto, pero con la idea de que los parlamentarios no están libres de pecado, y por ello no pueden actuar, la corrupción ahogaría totalmente al país.