La Segunda Reunión Ministerial del Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, a celebrarse en Santiago de Chile este lunes 22 de enero, marca un nuevo hito en las relaciones económicas, políticas y de cooperación entre la región y China. En el primer encuentro inaugurado en enero de 2015 en Beijing, se adoptó un plan de cooperación para el período 2015-2019 cuyos objetivos son alcanzar en 2025 un comercio de al menos US$ 500.000 millones e inversión extranjera directa recíproca de al menos US$ 250.000 millones.
En todos los foros en los que se analiza el futuro de América Latina y el Caribe suele repetirse, con diversos énfasis, la misma pregunta: ¿cómo puede la región sostener y ampliar los importantes avances económicos y sociales alcanzados en las últimas décadas en un contexto de desaceleración y alta volatilidad internacional como el actual?
El debate fiscal en Estados Unidos se ha convertido en un tema recurrente que mantiene en vilo al mundo en general y a las economías de América Latina y el Caribe en particular. El acuerdo alcanzado hace unos días permite un breve respiro al evitar, por el momento, que la economía estadounidense caiga barranca abajo, metafóricamente hablando, arrastrada por el peso de su desequilibrio fiscal. La mala noticia es que esta solución no aleja de modo definitivo los problemas a resolver.