Extasiada en su defensa al presidente Peña, doña Virina Villanueva, diputada cartista por el departamento de San Pedro, en un des-sol-ado castellano proclamó: “No se puede tapar el dedo con el sol”. En el Paraguay hay cosas que no se pueden tapar ni si se les tira todo el sol encima. Ni todos los dedos. Por ejemplo, los robos monstruosos.
Quizá alguien le dijo a Santiago Peña antes de su mensaje al Congreso: “vos entrá a cancherear; sobrales a todos, ridiculizá a la prensa, sopapeá a los opositores; hacé sentir tu potencia de Top Gun vernáculo”. Esto trató. Y, de entrada, predispuso en contra a muchos de quienes tuvieron la pía paciencia de escucharle. Por entre su narcisismo asomó también cierta pichadura.
María Eugenia Garay retoma en esta obra –Exorcismo al olvido: relatos fantásticos de amor y guerra– un tema que ella mantuvo vivo a través de varios libros anteriores: la memoria de su estirpe a través de la historia de nuestro país, cruzando tiempos y circunstancias.
Santiago Peña, en su informe a Horacio Cartes, aseguró un “futuro prometedor de más años de coloradismo en el poder”. Es decir, el pueblo seguirá sufriendo un “sistema” de salud con niños muertos por desnutrición; una educación surtidora de semianalfabetos; soportando el asalto incesante a las arcas públicas con impunidad “legalizada” para los ladrones. Es lo que hay con el “coloradismo eterno con Stroessner”, que persiste y persistirá, por lo visto.
El Paraguay es un país de contrastes sorprendentes. Hay barrios de Asunción recargados de lujosas torres habitacionales (la mayoría vacías), y calles cruzadas por vehículos de altísima gama. Un paraíso. Y más allá, el reino de las letrinas y los ómnibus chatarras. Hoy tenemos una ley que eliminará las letrinas en las escuelas públicas. Faltaría una que extermine las chatarras de los transportistas impúdicos.
Una condición esencial para ser político es desarrollar la capacidad de simular. Y simular, según el sabio diccionario de María Moliner, es “hacer aparecer que existe una cosa que no existe”. Un acto de simulación se dio en el llamado Foro Madrid, donde don Santiago Peña afirmó que el Paraguay es un “bastión moral de la región”. Hizo aparecer que existe algo que no existe.
Parece que el vicario de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Itauguá, padre Cirilo Vázquez, tenía en su interior un hartazgo supremo que le mortificaba y que pugnaba por salírsele a la palestra. Y en una homilía fulminó al señor Hércules Pedro Lorenzo Alliana con epítetos del calibre de “bandido y sinvergüenza”. Es infrecuente que traten así, en una misa, al vicepresidente de la República.
En cualquier competencia de la vida la conjunción de odio, ira y arrogancia expone la debilidad aguda en quien los siente. Ese cóctel de pasiones apaga el entendimiento propio y otorga ventajas al contrincante para defenderse y atacar con éxito. Miguel Prieto era una figura local arrinconada en el Este. Hoy, por la furia del Quincho, se convirtió en político nacional.
El 29 de mayo se inaugurará la Feria Internacional del Libro (FIL) Asunción 2025. Serán 10 días de intensos encuentros entre la ciudadanía y la lectura. Un oasis cultural en medio de tanta barbarie que sufrimos en nuestro país, especialmente en el ámbito político.