
El término aceleración es mucho más amplio de lo que se entiende. Realmente, en el contexto educativo, acelerar es trabajar los contenidos del programa con mayor rapidez permitiendo adaptar la enseñanza de lo mismo a la precocidad de los alumnos.

Para López Garzón, las altas capacidades no deben entenderse únicamente como un alto cociente intelectual, sino como un potencial de aprendizaje excepcional, que requiere ser estimulado adecuadamente.

Es posible que los maestros no sean conscientes de que los alumnos con altas capacidades se aburren, se desmotivan, tienen sensación de fracaso, y aún menos de que esto repercute en su rendimiento académico e incluso en conductas irregulares por insatisfacción escolar. Les pueden faltar hábitos de estudios. Son estudiantes que no aceptan las rutinas ni las tareas repetitivas.

La opinión del profesorado es muy valiosa en la identificación de este tipo de alumnos, pero primero deben contar con la información adecuada sobre lo que se entiende por altas capacidades para poseer uniformidad de criterios. Es fácil confundir una alta capacidad intelectual con un talento académico.

Los cambios producidos durante las tres últimas décadas en el concepto de la superdotación tienen una repercusión en los procedimientos y estrategias que se utilizan para identificar al alumnado con altas capacidades en el ámbito educativo.

¿Altas capacidades? ¡Para mí que no es! Con frecuencia solemos escuchar este tipo de expresiones entre los docentes, ya que –a veces– nos cuesta creer que un alumno con bajo rendimiento pueda ser un alumno con altas capacidades. No es común, pero es necesario tener en cuenta las características de estos alumnos, así como los problemas que comportan.


Los estudiantes talentosos tienen una gran capacidad en relación con un aspecto de la inteligencia o a una destreza, para una habilidad determinada o un comportamiento específico. Son especialistas en un área, materia, habilidad o aptitud. El talentoso es eficaz en el área que domina, mientras que en las demás puede tener un rendimiento igual o incluso inferior al de sus compañeros.