Mientras el presidente una vez más sepultó a la prensa paraguaya con la fábula de la cigarra y la hormiga, los periodistas estamos ya contando la última fabulosa fábula armada por el gobierno de Santiago Peña: de cómo un chino que vendía edredones y fundas para almohadas se ha convertido en el proveedor de 32 millones de dólares para mobiliarios escolares financiados por la binacional Itaipú, feudo del poderoso cartista Justo Zacarías Irún.
Todo indica que Norma Aquino, la senadora cartista tránsfuga, pasará al frente. De ser proyectista para apoyar al turismo en transportes de mediana y larga distancia, además de declarar de interés ecoturístico el Chovoreka, finalmente Aquino revolucionará el país y probablemente el mundo: quiere que los periodistas presentemos declaraciones juradas porque, según ella, nos ocupamos de los asuntos públicos y no rendimos cuentas de los nuestros. La cartista tránsfuga deliberadamente olvida que, al igual que todos los ciudadanos del sector privado (que no tocamos un céntimo del dinero público), estamos no solamente controlados por Tributación y la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero (Seprelad), sino también por el Instituto de Previsión Social (IPS).
El mayor escándalo de esta semana no fue ninguno de los escandalosos chats publicados. Fue el evento de los “cumbreños”, que a diferencia de quienes nos deleitaban con la buena música, hicieron sonar un comunicado con varios puntos donde repitieron TODO lo que es su obligación constitucional de cumplir. Ergo, nos tocaron el violín.
Lo que está mal, está mal. No importa cuántas veces repitan que está bien, o intenten disfrazar de bien lo que está mal. No importa siquiera el silencio de las instituciones de control que deberían estar haciendo preguntas y están con un silencio de ultratumba: Lo público siempre será público. Las autoridades serán siempre fiscalizables. El dinero público siempre será auditable. No me crean a mí, diría mi vecino de columna, lo dice la Constitución Nacional de la República del Paraguay.
TRES escándalos al hilo. UNO. Paraguay se enteró por un diario estadounidense que nuestra Secretaría Antidrogas cortó la cooperación con la DEA estadounidense. Una de las agencias internacionales -junto a Uruguay, España y Europol- que impulsó el operativo A ULTRANZA que terminó con narcotraficantes y narcopolíticos presos, otros finalmente procesados como el senador y socio comercial de Horacio Cartes, Erico Galeano. Pasamos por el escarnio internacional de ser comparados con Evo Morales, el único mandatario similar a Santiago Peña cuando sacó a la DEA de Bolivia.