Si buscamos sus orígenes profundos, posiblemente nos encontremos con celebraciones populares traídas por los españoles en tiempos de la colonia. En Paraguay, fueron adoptadas rápidamente por el pueblo, agregándoles el aderezo de la picardía guaraní, el infaltable fuego y la costumbre de “hallarnos”, que no necesita de excusas. Se celebra el 24 de junio en honor a San Juan Bautista, y marca más que un santoral: es una reafirmación de nuestras raíces, una fiesta cultural que huele a mbeju y suena a bandita.
Esto ya no puede seguir así. Caminando cuadra y media por el centro para llegar a un conocido bar, el muchacho adicto se acercó a pedir “una ayuda”. Ante la negativa amable se envalentonó y subió el tono, por lo que tuve que reaccionar de la misma forma. Al final, el joven se retiró maldiciendo y a mí me quedó un malestar por el resto de ese día.
En las últimas semanas, la Contraloría General de la República ha puesto el foco sobre los dos principales municipios del país: Asunción, gobernada por Óscar “Nenecho” Rodríguez, y Ciudad del Este, a cargo de Miguel Prieto. El primero, oficialista; el segundo, opositor. Ambos bajo la lupa auditora. Uno con una administración más que evidentemente colapsada; otro, con mejor imagen de gestión. ¿Qué se busca? ¿Transparencia o una herramienta más de presión política?
Un par de semanas atrás, el simple pedido de una pizza terminó en un dilema familiar, donde todos opinaron y tenían razón con sus argumentos en mayor o menor medida. No tuvieron que ver el precio, ni los ingredientes, ni siquiera el tiempo de espera. Nobleza obliga, llegó “on time”, pero el tema es cómo… El muchacho del delivery no usaba casco y su moto estaba a simple vista en muy malas condiciones. Al reclamar estas cosas, no prestó demasiada atención ni interés, así que opté por rechazar el pedido, lo que tampoco pareció importarle demasiado.
La agradable y prolongada sobremesa del domingo se entristeció de pronto ante la noticia del fallecimiento de don Guillermo Caballero Vargas. La voz señorial se había apagado, duro de asimilar para muchos de nosotros en quienes el Encuentro Nacional encendió la creencia de que Paraguay podía ser un país mejor. También nos enseñó que la ilusión democrática trae grandes decepciones.
Igual que la escarapela tricolor que lucimos en el pecho los últimos días, Asunción, nuestra querida Madre de ciudades, a veces un poco olvidada, brilló -y mucho- durante las fiestas patrias. El centro capitalino lució como en sus mejores tiempos: banderas paraguayas ondeando, guirnaldas rojas, blancas y azules cruzando las calles, y fachadas iluminadas con luces tricolores. La Plaza de la Democracia y la calle Palma convertidos en una suerte de corredor patriótico, donde cada paso nos trasladaba a nuestra historia e identidad nacional. Por unos días, Asunción volvió a enamorar.
El puente atirantado entre Asunción y la región occidental no es solo una proeza de la ingeniería y una postal de la modernidad en avance: es también una puerta simbólica y cómoda a la región hacia la que imperativamente debe volcarse la capital. El cruce hacia Chaco´i es ahora rápido, y nos permite ver con mucha claridad que allí se está gestando una transformación urbanística sin precedentes.
Existen expresiones que no solamente suenan mejor en nuestro idioma vernáculo, sino que hasta las sentimos en guaraní. Fue la sensación al escuchar el discurso de graduación de Jesús Barrios Chamorro: una especie de descarga eléctrica, la mejor forma de describirla. Muchos sentimos que se nos erizaba la piel, y también asomaron lágrimas. Ante un testimonio tan meritorio y auténtico, no existen barreras.
Durante la Semana Santa pasada, aprovechando el buen clima de ese feriado largo, el grupo de amigos decidió dedicar una jornada a la pesca. Si bien debido a la larga sequía y lo encajonado que encontraron el río la perspectiva no era de lo más auspiciosa, se encaminaron bien predispuestos a probar suerte en el Monday, afluente del caudaloso Paraná. Como manda la tradición, las cañas de pescar estaban listas, la carnada seleccionada y la conservadora bien llena con avíos y desde luego algo para tomar. Todo presto para pasarla de la mejor manera.