Cargando...
El “Efecto Matilda” es un fenómeno histórico que describe la tendencia a minimizar o ignorar las contribuciones de las mujeres científicas en la investigación, cuyo reconocimiento frecuentemente es atribuido a sus colegas masculinos.
Lea más: Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia: cuándo es y cuál es su importancia
Este término es fundamental para entender la desigualdad de género en la ciencia y la historia de las mujeres en este campo.
A lo largo de los años, múltiples ejemplos han demostrado que el reconocimiento meritorio de las mujeres ha sido frecuentemente pasado por alto o apropiado.
Origen del término “Efecto Matilda”
El término fue acuñado por la historiadora de la ciencia Margaret W. Rossiter en 1993 y lleva el nombre de Matilda Joslyn Gage, una feminista y sufragista del siglo XIX, quien fue una de las primeras en denunciar la tendencia a negar el reconocimiento a las mujeres en áreas donde los hombres predominan, incluyendo la ciencia.
Quizás uno de los ejemplos más notorios del Efecto Matilda es el caso de Rosalind Franklin, cuya fotografía de difracción de rayos X fue crucial para descubrir la estructura del ADN.
Sin embargo, sus colegas masculinos Watson y Crick recibieron la mayor parte del crédito y fueron galardonados con el Premio Nobel sin ella.
Lea más: ¿Cómo se determina la probabilidad de impacto de un asteroide con la Tierra?
Otro ejemplo es Jocelyn Bell Burnell, quien descubrió las primeras señales de radio de un púlsar mientras era estudiante de doctorado.
Sin embargo, el Premio Nobel de Física en 1974 fue otorgado a su supervisor varón y a otro colega, dejando fuera a Bell Burnell, a pesar de su vital contribución al descubrimiento.
Impacto del efecto Matilda en la ciencia actual
El reconocimiento de este fenómeno ha impulsado iniciativas para visibilizar las contribuciones de las mujeres en campos científicios.
Las instituciones y comunidades científicas intentan corregir el sesgo histórico por medio de diversas estrategias, como programas de mentoría. Instituciones científicas ofrecen programas diseñados para apoyar y guiar a las investigadoras.
Muchas organizaciones también han establecido premios específicos para mujeres científicas, destacando sus contribuciones únicas.
Hoy se implementan políticas que promueven la igualdad de género en la investigación, asegurando que las voces femeninas sean escuchadas y valoradas.
El Efecto Matilda pone de manifiesto la necesidad de continuar trabajando hacia la equidad en el mundo académico y científico.
Lea más: Post-cáncer de mama: ejercicios de fuerza serían clave para reducir la inflamación linfática
Reconocer y corregir este sesgo es crucial para conseguir un panorama científico más inclusivo y justo.
La visibilización y la apreciación adecuadas de las contribuciones femeninas constituyen pasos esenciales hacia un progreso más equilibrado y justo en los logros científicos.