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¿Qué es un terremoto?
Un terremoto es un movimiento sísmico de la corteza terrestre causado por la liberación repentina de energía acumulada en las placas tectónicas. Este fenómeno ocurre cuando las fuerzas geológicas superan la resistencia de las rocas, generando vibraciones que se propagan en forma de ondas sísmicas.
La energía liberada durante un sismo se mide en magnitud, generalmente a través de la escala de Richter o la escala de magnitud de momento (Mw), utilizada en la actualidad por su mayor precisión. Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), cada año ocurren aproximadamente 500.000 sismos en el mundo, aunque solo una fracción se percibe en la superficie.
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Los 5 tipos principales de terremotos
Los terremotos pueden clasificarse en cinco tipos principales según su origen y dinámica de formación.
1. Terremotos tectónicos
Son los más comunes y se producen por el movimiento de las placas tectónicas. Ocurren en los límites de las placas, donde se generan fallas geológicas debido a la compresión, tensión o desplazamiento lateral. Ejemplos destacados son los sismos en la falla de San Andrés en California y en el Cinturón de Fuego del Pacífico.
2. Terremotos volcánicos
Se producen por la actividad magmática en el interior de los volcanes. La acumulación y el movimiento del magma generan presión sobre las rocas, provocando sismos que pueden preceder a erupciones. Son frecuentes en zonas volcánicas como Islandia, el Anillo de Fuego del Pacífico y los Andes.

3. Terremotos de colapso
Ocurren en zonas con cavernas, minas o estructuras subterráneas que se derrumban. Aunque su impacto es menor, pueden causar daños en edificaciones cercanas y afectar la estabilidad del terreno.
4. Terremotos inducidos
Son causados por actividades humanas como la inyección de líquidos en el subsuelo, extracción de hidrocarburos, explotación minera o la construcción de grandes presas. Un caso emblemático es el aumento de la actividad sísmica en Oklahoma, atribuido a la fracturación hidráulica o “fracking”.
5. Terremotos de subducción
Se originan en los límites de las placas oceánicas y continentales, donde una se desliza bajo la otra. Son los más potentes y suelen generar tsunamis. Ejemplos incluyen el terremoto de Chile en 1960 (el más fuerte registrado, con magnitud 9.5) y el de Japón en 2011, que causó el tsunami de Fukushima.

¿Cómo se detectan los terremotos?
Los sismos se monitorean con sismógrafos, dispositivos que registran las ondas sísmicas. Redes como el USGS y el Instituto de Geofísica de la UNAM en México utilizan estaciones sismológicas para detectar y analizar terremotos en tiempo real. Además, países como Japón han desarrollado sistemas de alerta temprana para minimizar daños y salvar vidas.
Los terremotos pueden causar graves daños, especialmente en zonas urbanas con infraestructura vulnerable. Para mitigar sus efectos, es crucial aplicar normativas de construcción sismorresistente, educar a la población sobre medidas de seguridad y contar con planes de emergencia efectivos.
Fuentes:
- Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS)
- Instituto Geofísico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
- Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC)