Cómo es la Rafflesia arnoldii: la flor más grande del mundo
Originaria de las selvas tropicales del sudeste asiático, específicamente en Sumatra y Borneo, la Rafflesia arnoldii captura la atención inmediata por su tamaño imponente.
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Esta flor puede alcanzar un diámetro de hasta un metro y su peso puede aproximarse a los once kilogramos, lo que la convierte en la flor más grande del mundo.

A simple vista, la Rafflesia arnoldii destaca por sus pétalos de color rojo anaranjado salpicados con manchas blancas. Estos pétalos carnosos y gruesos le dan un aspecto extraño y ciertamente fuera de lo convencional.
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Un ciclo de vida peculiar
Una de las características más singulares de la Rafflesia arnoldii es que es una planta parásita. No posee raíces, hojas ni tallo visibles, lo que significa que depende completamente de su anfitrión, generalmente una vid de la familia Tetrastigma, para obtener agua y nutrientes esenciales para su desarrollo.

El crecimiento de la flor es un proceso insólito que puede tomar varios meses. De hecho, permanecen ocultas dentro del huésped, emergiendo solo cuando están listas para abrirse en toda su magnitud.
Curiosamente, una vez que florece, la Rafflesia arnoldii tiene una vida útil de solo cinco a siete días antes de marchitarse.
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El aroma inconfundible de la Rafflesia arnoldii
Probablemente, el rasgo más renombrado de la Rafflesia arnoldii, además de su tamaño, es su peculiar fragancia. La flor emite un olor fuerte y desagradable, similar al de la carne en descomposición.

Este olor repulsivo es un mecanismo de supervivencia esencial, ya que atrae a insectos carroñeros, principalmente moscas, que facilitan el proceso de polinización mientras buscan lo que creen es una fuente de alimento.
Conservación y amenazas
A pesar de su adaptación evolutiva única, la Rafflesia arnoldii enfrenta serias amenazas. La deforestación y la pérdida de hábitat natural ponen en riesgo su supervivencia.
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Además, la recolección sin control, ya sea para fines científicos o de turismo, añade otra capa de amenaza para la población de esta especie.
Varias organizaciones están trabajando para preservar esta notable flor. Los esfuerzos se centran en proteger su hábitat natural y educar a las comunidades locales sobre la importancia de la conservación.
La Rafflesia arnoldii, aunque no se valora por su fragancia, representa un espectáculo de la naturaleza que desafía nuestras percepciones de belleza floral. Con su increíble tamaño y su aroma característico, nos recuerda que la naturaleza tiene formas inusuales de garantizar la supervivencia y la continuidad de sus especies.
Proteger esta flor es esencial para preservar la biodiversidad que define a las selvas del sudeste asiático.