¿Mykurẽ en tu patio? Por qué no deberías espantarlos (y cómo pueden ayudarte)

La aparición de una zarigüeya, mykurẽ o Didelphis albiventris en tu jardín o patio puede causar sorpresa, e incluso miedo. Pero lejos de ser una amenaza, estos marsupiales son aliados silenciosos del equilibrio ecológico. Saber quiénes son, qué hacen y por qué su presencia es positiva puede cambiar tu percepción para siempre.

Zarigüeya o mykurẽ.
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Un marsupial clave para la biodiversidad

La zarigüeya de vientre blanco (Didelphis albiventris), también conocida como mykurẽ en guaraní, es un mamífero marsupial que cumple un rol fundamental en la naturaleza.

Su dieta omnívora incluye insectos, frutas, roedores pequeños, carroña y garrapatas.

Esta variedad alimentaria contribuye al control de plagas en áreas urbanas y rurales, y reduce la propagación de enfermedades como la fiebre maculosa o la enfermedad de Lyme, allí donde esta es endémica.

Limpieza ecológica sin costo

Las zarigüeyas son carroñeras naturales: se alimentan de animales muertos y residuos orgánicos, ayudando a mantener el entorno limpio y libre de focos infecciosos.

Zarigüeya o mykurẽ.
Zarigüeya o mykurẽ.

Este comportamiento acelera la descomposición natural y facilita el reciclaje de nutrientes en el suelo, beneficiando tanto a la salud del ecosistema como al paisaje urbano.

Control biológico: un pesticida natural

Al cazar insectos, roedores, serpientes pequeñas y otros animales considerados plagas, las zarigüeyas reducen la necesidad de recurrir a venenos o productos químicos para el control de estos organismos.

En zonas residenciales, su presencia es un beneficio silencioso: protegen huertas, evitan la proliferación de cucarachas y alacranes, y colaboran con el equilibrio del jardín.

No atacan ni transmiten enfermedades

Aunque su aspecto puede resultar poco amigable, las zarigüeyas no son agresivas ni peligrosas. Son animales solitarios y nocturnos que evitan el conflicto.

Zarigüeya o mykurẽ.
Zarigüeya o mykurẽ.

Si se sienten amenazadas, su defensa más común es fingir la muerte: una estrategia natural para disuadir depredadores sin enfrentamientos.

Contrario al mito popular, las zarigüeyas rara vez transmiten enfermedades. Su temperatura corporal baja dificulta la reproducción de virus como el de la rabia, y estudios han demostrado que el riesgo de contagio es extremadamente bajo.

Cómo convivir con una zarigüeya

Si una zarigüeya aparece en tu patio, lo mejor que podés hacer es dejarla tranquila. Pero también podés seguir estas recomendaciones:

  • No dejes comida al alcance: asegurate de que la basura esté bien cerrada y evitá dejar restos de comida o alimento para mascotas al aire libre.
  • Ofrecé refugio indirecto: permití que se refugie en espacios tranquilos del jardín, como entre arbustos, sin intentar atraparla ni sacarla a la fuerza.
  • Protegé a tus mascotas: durante la noche, mantené a perros y gatos dentro de casa. Esto evita encuentros innecesarios y estrés para ambos.
  • Educá y difundí: compartir información sobre estos animales ayuda a combatir la desinformación y promueve una convivencia armónica con la fauna local.
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