Bennu pertenece a una clase de asteroides conocidos como “primitivos” porque se formaron en las etapas iniciales del sistema solar, hace unos 4.600 millones de años.
Esto significa que su composición apenas ha cambiado desde entonces, conservando materiales que existían mucho antes de la aparición de la Tierra y los planetas vecinos.

La importancia de Bennu radica en que podría contener los “ladrillos” fundamentales de la vida: moléculas orgánicas, agua y minerales que dieron origen a los planetas y, eventualmente, a la vida en la Tierra.
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Para los científicos, estudiar a Bennu es equivalente a mirar un fósil intacto del sistema solar primitivo.
La misión OSIRIS-REx: un hito en la exploración espacial
La NASA lanzó en 2016 la misión OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security, Regolith Explorer) con el ambicioso objetivo de acercarse a Bennu, estudiar su superficie y recolectar muestras.
En octubre de 2020, la sonda logró posarse brevemente sobre el asteroide y recolectar alrededor de 250 gramos de material.

Estas muestras llegaron a la Tierra en septiembre de 2023, marcando un antes y un después en la investigación del sistema solar.
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Los primeros análisis confirmaron la presencia de agua en forma de minerales hidratados y compuestos orgánicos complejos, hallazgos que refuerzan la hipótesis de que los asteroides como Bennu pudieron haber sido decisivos en llevar estos ingredientes a la Tierra primitiva.
¿El origen de la vida terrícola?
Los investigadores creen que los impactos de asteroides y cometas transportaron agua y moléculas orgánicas al joven planeta Tierra, creando las condiciones necesarias para que surgiera la vida.

Estudiar la composición exacta de Bennu permitirá a los científicos reconstruir este proceso y comprender con mayor detalle cómo se desarrollaron los primeros organismos vivos.
Además, Bennu es particularmente interesante porque tiene una órbita que lo acerca eventualmente a la Tierra, lo que también lo coloca bajo observación como objeto potencialmente peligroso en el futuro lejano.
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Los próximos pasos
Las muestras recogidas por OSIRIS-REx estarán siendo analizadas durante años en laboratorios alrededor del mundo. Cada grano de polvo puede aportar información clave sobre la formación de planetas, la evolución de asteroides y la aparición de moléculas complejas en el universo.
El estudio de Bennu es solo el comienzo. Cada nueva misión nos acerca más a responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿Cómo se formó nuestro sistema solar y, con él, la vida en la Tierra?
Fuentes:
- NASA, “OSIRIS-REx Mission Overview”
- Nature Astronomy, “Pristine organics and water in asteroid samples” (2023)
- ESA, “How asteroids shaped our planet”