El tifón Co-May, denominado localmente Emong en Filipinas, impactó esta semana el Pacífico Occidental con una fuerza inusitada, desatando una combinación crítica de lluvias torrenciales, vientos destructivos y riesgos de marejada ciclónica. Este evento, catalogado como el octavo ciclón tropical del año en la región, afectó severamente a Filipinas y al este de China, obligando a realizar evacuaciones masivas y activar complejos operativos de emergencia.
Lo alarmante no fue solo la magnitud del tifón, sino su coincidencia con un sismo de magnitud 8.8 registrado frente a Kamchatka, que activó alertas de tsunami en varios países del anillo de fuego del Pacífico.
Esta superposición de eventos acentúa el fenómeno creciente de los “desastres compuestos”, donde múltiples amenazas naturales se combinan para amplificar sus impactos.
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Una trayectoria devastadora: de Filipinas al este de China
Impacto inicial en Filipinas: Co-May tocó tierra el 24 de julio de 2025 en la provincia filipina de Pangasinán con vientos sostenidos de 120 km/h.
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La isla de Luzón, que ya venía soportando intensas lluvias monzónicas, enfrentó inundaciones generalizadas, deslizamientos de tierra y cortes de energía. Más de 25 personas murieron antes del impacto directo, y 80 ciudades declararon estado de calamidad.

La saturación del suelo, consecuencia de semanas de lluvias previas, hizo que los deslizamientos fueran inevitables y particularmente destructivos, desbordando la capacidad de respuesta de los equipos de emergencia.
Llegada a China: evacuaciones masivas y parálisis económica. Co-May alcanzaría la costa este de China el 30 de julio, afectando especialmente a la ciudad portuaria de Zhoushan.
Con vientos de 83 km/h, obligó a evacuar a más de 280.000 personas en Shanghái y alrededores. La actividad económica se detuvo en múltiples frentes: más de 600 vuelos fueron cancelados, el puerto de Yangshan cerró temporalmente, y el transporte terrestre quedó limitado.

La paralización de grandes centros urbanos como Shanghái deja en evidencia la fragilidad de las infraestructuras críticas frente a amenazas meteorológicas intensas.
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Estado del sistema: tormenta tropical aún activa
Al 30 de julio, Co-May se degradó a tormenta tropical, con vientos de 75 km/h. Su centro se encuentra a unos 63 km al sur-sureste de Shanghái, avanzando hacia el noroeste.
Se estima que se disipará en las siguientes 36 horas, aunque sus efectos secundarios persistirán durante varios días.

Las lluvias acumuladas superan los 200 mm en regiones como Ilocos Sur, La Unión y Zambales (Filipinas), mientras que en China se mantiene el riesgo de inundaciones urbanas, daños en cultivos y bloqueos por deslizamientos en zonas montañosas y costeras.
Sistemas de emergencia bajo presión
Las autoridades filipinas mantienen la alerta en nivel rojo y continúan los operativos de rescate y asistencia humanitaria.
El presidente Ferdinand Marcos Jr. llamó a acelerar los planes de adaptación climática ante la evidente intensificación de los fenómenos extremos.
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En China, el enfoque se centró en la evacuación preventiva y la paralización estratégica de actividades económicas. El despliegue de barreras contra inundaciones, cierres de obras y protocolos para tifones se activaron en coordinación con gobiernos provinciales.
Riesgo sísmico concurrente: terremoto en Kamchatka
La coincidencia temporal entre el tifón y un potente terremoto en la península rusa de Kamchatka complicó aún más la situación. El sismo, de magnitud 8.8, generó alertas de tsunami en toda la cuenca del Pacífico.

Las autoridades chinas advirtieron sobre olas de hasta 1 metro en Shanghái, aunque la amenaza fue desactivada horas después.

Japón, Hawái y Rusia también tomaron medidas preventivas, destacando la necesidad de protocolos de alerta más integrados y ágiles ante la posibilidad de amenazas simultáneas.
Replantear el enfoque ante catástrofes compuestas
El caso de Co-May ilustra la creciente complejidad de los desastres naturales en un clima cambiante. Las coincidencias entre ciclones, lluvias extremas, sismos y tsunamis están dejando obsoletos los modelos de respuesta unidimensionales.
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