Dónde queda la fosa de las Marianas
Ubicada en el océano Pacífico occidental, la fosa de las Marianas está al este de las Islas Marianas, cerca de Guam y las Filipinas.

Este abismo submarino se extiende por alrededor de 2.550 kilómetros y es reconocido como el punto más profundo de nuestros océanos.
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Profundidad extrema: cifras que impresionan
El sector más hondo, llamado el Abismo Challenger, alcanza una profundidad que varía entre 10.900 y 11.000 metros según las mediciones más recientes.
Es decir, si colocaras el monte Everest en ese punto, su cima todavía quedaría sumergida por casi dos kilómetros de agua.
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La presión en esas profundidades supera las 1.000 atmósferas, un entorno letal para la mayoría de las formas de vida conocidas.
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Origen y formación del abismo
La fosa de las Marianas se formó como resultado del choque entre placas tectónicas, específicamente la subducción de la placa del Pacífico debajo de la placa de las Marianas.
Este proceso, que comenzó hace más de 180 millones de años, continúa generando actividad sísmica y remodelando la topografía submarina de la región.
Expediciones históricas
En 1960, el sumergible Trieste, tripulado por Jacques Piccard y Don Walsh, realizó el primer descenso tripulado al fondo del Abismo Challenger, marcando uno de los mayores hitos de la exploración oceánica.

En 2012, el cineasta James Cameron repitió la hazaña en solitario, recolectando imágenes en alta definición y muestras de organismos desconocidos.
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Hasta el momento, menos personas han visitado la fosa de las Marianas que la superficie de la Luna. Si bien no existen registros de accidentes fatales directamente en el abismo, el riesgo extremo y la presión han develado los límites de la resistencia humana y tecnológica.
A pesar de las condiciones extremas, la fosa es el hogar de criaturas adaptadas a la oscuridad y a la presión abrumadora. Investigaciones recientes han documentado anfípodos gigantes, pepinos de mar translúcidos y peces como el peculiar “hadal snailfish” o Pseudoliparis amblystomopsis.
Además, se han hallado bacterias capaces de sobrevivir justo en el fondo, contribuyendo a la descomposición de materia orgánica y manteniendo un delgado equilibrio ecológico.
Un laboratorio natural para la ciencia
Estudios científicos estiman que solo una pequeña fracción de las especies que habitan la fosa han sido catalogadas.
Las misiones con vehículos no tripulados y robots han recogido evidencias de contaminación humana, como bolsas de plástico, a casi 11.000 metros de profundidad, poniendo en perspectiva la magnitud de nuestro impacto ambiental.
Al mismo tiempo, el desarrollo de nuevos materiales y tecnologías para explorar este entorno sigue impulsando avances en biología, robótica y geología marina, ampliando las fronteras del conocimiento científico.