El Día Internacional contra los Ensayos Nucleares se conmemora cada 29 de agosto por iniciativa de Naciones Unidas, con el fin de promover el fin total de las pruebas y fortalecer la conciencia pública sobre sus consecuencias.
Qué son los ensayos nucleares
Los ensayos nucleares son detonaciones controladas de armas atómicas —en la atmósfera, bajo tierra o bajo el agua— realizadas para investigación, calibración de diseños y demostración de capacidad militar.
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Las pruebas atmosféricas y submarinas dispersan radionúclidos que pueden viajar miles de kilómetros; las subterráneas reducen la liberación directa, pero no eliminan riesgos de filtraciones y contaminación del suelo y acuíferos.
Cuántos ensayos hubo y quiénes los hicieron
- Según la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), se realizaron más de 2.000 pruebas desde el inicio de la era nuclear.
- Estados Unidos efectuó más de 1.000; la Unión Soviética/Rusia, alrededor de 700; Francia, 210; China y el Reino Unido, cerca de 45 cada uno.
- India y Pakistán realizaron pruebas a fines del siglo pasado, y Corea del Norte llevó a cabo seis.
- La gran mayoría de los ensayos fueron subterráneos, tras la adopción de acuerdos que desalentaron las pruebas en la atmósfera y bajo el agua.
De Bikini a Semipalatinsk: el mapa de los sitios marcados por la bomba
- Bikini y Enewetak (Islas Marshall): Estados Unidos realizó 67 pruebas en el Pacífico. El ensayo “Castle Bravo” generó una extensa nube radiactiva que obligó a desplazar comunidades enteras. Estudios de la Universidad de Columbia y la Comisión de Energía de las Islas Marshall documentaron contaminación persistente y mayor incidencia de cáncer de tiroides en poblaciones expuestas.
- Semipalatinsk (Kazajistán): en el polígono de pruebas soviético se detonaron cientos de dispositivos. Investigaciones del Instituto Nacional de Medicina Radiológica de Kazajistán estiman a más de un millón de personas afectadas por exposición acumulada, con aumentos en enfermedades tiroideas, cardiovasculares y ciertos cánceres.
- Nevada Test Site (EE.UU.): principal campo de pruebas estadounidense, con centenares de detonaciones subterráneas y atmosféricas tempranas. La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. y estudios epidemiológicos documentaron “downwinders” expuestos a lluvia radiactiva, asociados con mayores tasas de cáncer.
- Novaya Zemlya (Ártico ruso): escenario de la mayor detonación de la historia y de más de un centenar de pruebas; informes académicos describen impactos ecosistémicos en un entorno frágil.
- Moruroa y Fangataufa (Polinesia Francesa): Francia realizó casi dos centenares de ensayos. Investigaciones del Instituto de Radioprotección y de grupos independientes reportan contaminación localizada y reclamos sanitarios de ex trabajadores y habitantes.
- Sahara argelino (Reggane e In Ekker): Francia efectuó pruebas atmosféricas y subterráneas; estudios posteriores hallaron residuos radiactivos y metal contaminado disperso en el desierto.
- Lop Nur (China): sitio de todas las pruebas chinas, con reportes de contaminación localizada y restricciones de acceso prolongadas.
- Pokhran (India) y Chagai Hills (Pakistán): zonas desérticas elegidas para minimizar exposición poblacional, aunque persisten interrogantes sobre efectos hidrológicos.
- Punggye-ri (Corea del Norte): complejo subterráneo donde sismógrafos internacionales registraron seis eventos; análisis del sistema de verificación de la CTBTO y redes sismológicas nacionales permitieron confirmar magnitudes y profundidad aproximada.
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Qué dice la ciencia sobre los riesgos
- Salud: la OMS y el Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR) señalan que exposiciones agudas y crónicas incrementan riesgos de cáncer (tiroides, leucemias) y efectos intergeneracionales en ciertos contextos, especialmente en pruebas atmosféricas con fallout.
- Ambiente: la IAEA documenta persistencia de radionúclidos como cesio-137 y estroncio-90 en suelos y sedimentos marinos, con semividas que obligan a monitoreos de décadas. La recuperación ecológica depende de la dosis acumulada, el tipo de prueba y la geología local.
- Monitoreo global: la red del Sistema Internacional de Vigilancia de la CTBTO combina sismología, hidroacústica, infrasonido y estaciones de radionúclidos que detectan eventos subcríticos y rastrean isótopos como xenón radiactivo, aportando evidencia verificable.
El marco legal y los pendientes
El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN/CTBT) prohíbe toda detonación con fines militares o civiles y cuenta con adhesión muy amplia, pero aún no entró en vigor por la falta de ratificaciones clave de Estados del anexo que poseen tecnología nuclear.
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Otros instrumentos, como los tratados que proscriben pruebas en la atmósfera y bajo el agua, y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, refuerzan la norma contra los ensayos, aunque las potencias nucleares no integran plenamente todos esos regímenes.
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Por qué sigue importando:
- Riesgo humanitario: comunidades indígenas y rurales han soportado una carga desproporcionada de exposición y desplazamiento.
- Seguridad internacional: las pruebas señalan desarrollo de nuevos diseños y pueden escalar tensiones.
- Ciencia y verificación: la capacidad de detección global reduce incentivos a probar y aporta transparencia, pero depende de cooperación sostenida y de que no se erosione la moratoria implícita.