Investigadores españoles han utilizado para el estudio un adenovirus, un virus frecuentemente utilizado en terapia génica contra el cáncer, para introducir en las células de sarcoma de Ewing un gen ‘suicida’ derivado del virus del herpes simplex (HSV-TK).
Esta denominación se refiere al uso de un gen cuya expresión provoca el ‘suicidio’ de las propias células que lo expresan, favoreciendo la eliminación de células tumorales.

El trabajo, que está liderado por un grupo del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras (IIER) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y cuenta con Javier Alonso como investigador principal, se publica en Scientific Reports.
Los investigadores han conseguido, usando el gen ‘suicida’ HSV-TK, reducir el tamaño del tumor y en algunos casos su completa eliminación en modelos preclínicos, lo que indica que esta nueva terapia “podría ser potencialmente curativa”, señala un comunicado.
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Cuando las células de sarcoma de Ewing son infectadas por el adenovirus terapéutico, estas expresan el gen ‘suicida’ HSV-TK, que en principio es inocuo.
Pero cuando se combina con ganciclovir, un fármaco comúnmente utilizado para combatir las infecciones con los virus del herpes, lo transforma en un compuesto tóxico que provoca la muerte, en este caso, de las células de sarcoma de Ewing, informa el ISCIII en un comunicado.
Una de las ventajas de la terapia es que el gen ‘suicida’ solo se expresa en las células de sarcoma de Ewing, porque está regulado por una secuencia que únicamente es activa en las células de este tumor, otorgándole al sistema una gran especificidad y, por tanto, reduciendo la probabilidad de efectos secundarios de la terapia.
Cáncer infantil devastador
El sarcoma de Ewing es un tumor maligno que afecta a niños y adolescentes y se considera, como la mayoría de los tumores infantiles, una enfermedad rara.
Actualmente se consiguen tasas de supervivencia de aproximadamente el 70 %, pero en los últimos 20 años “no ha habido ningún avance significativo en los tratamientos para este cáncer infantil devastador”, indica Alonso.
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Por ello, defiende el investigador, es “absolutamente imprescindible explorar nuevas vías de tratamiento que sean diferentes a los tratamientos convencionales, que sabemos ya han llegado al máximo que pueden dar”.
La terapia desarrollada en el IIER-ISCIII ha demostrado ser muy específica y muy eficaz en los estudios preclínicos, por lo que “podría probarse en un primer ensayo clínico en pacientes en un plazo relativamente corto de tiempo, si disponemos de la financiación adecuada”, destaca Alonso.