Hielo milenario: científicos extraen tesoros del clima en un remoto glaciar

Los miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory', el ruso Ivan Lavrentiev y el tayiko Jahongir Abdullov, ascienden a la base del glaciar de Pamir en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.
Los miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory', el ruso Ivan Lavrentiev y el tayiko Jahongir Abdullov, ascienden a la base del glaciar de Pamir en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.101055+0000 PRAKASH MATHEMA

En las remotas montañas del Pamir, un equipo internacional de glaciólogos perfora el hielo para desenterrar secretos climáticos de hasta 30.000 años, desafiando el calentamiento global y prometiendo un análisis que podría redefinir nuestro entendimiento del clima actual.

Stanislav Kutuzov siente una emoción intensa cuando el cable perforador que ha soltado en las profundidades de este glaciar de la región de Pamir toca fondo, 105 metros abajo. Está a punto de extraer una de las muestras de hielo más antiguas del mundo, cargada de claves sobre el pasado y el futuro del clima.

Campamento instalado en la cima del glaciar durante la expedición 'Pamir-Ice-Memory' en el glaciar de Pamir en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025
Campamento instalado en la cima del glaciar durante la expedición 'Pamir-Ice-Memory' en el glaciar de Pamir en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025

“Es el mejor sentimiento del mundo”, exclama este glaciólogo ruso en las remotas montañas del este de Tayikistán, en la frontera con China, donde un fotógrafo de AFP lo siguió de manera exclusiva en septiembre, en el marco de una expedición de 15 científicos.

La misión, a 5.810 metros de altitud, fue histórica dado su cometido: extraer los testigos de hielo más profundos jamás encontrados en el macizo del Pamir, y poner a disposición de la ciencia lo que constituye un preciado archivo, por su antigüedad y por la información que encierra.

Esta imagen muestra a los glaciólogos japoneses Ken Kondo (D) y Koji Fujita, de la Universidad de Nagoya, empacando una 'zanahoria' (núcleo) de hielo cerca del científico ruso Stas Kutuzov como parte de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' en el glaciar de Pamir, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.
Esta imagen muestra a los glaciólogos japoneses Ken Kondo (D) y Koji Fujita, de la Universidad de Nagoya, empacando una 'zanahoria' (núcleo) de hielo cerca del científico ruso Stas Kutuzov como parte de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' en el glaciar de Pamir, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.

Estas capas de hielo compactado durante siglos o tal vez milenios pueden ofrecer información única sobre nevadas, temperaturas, la composición de la atmósfera y el polvo y los sedimentos de épocas pasadas.

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El equipo espera que estos trozos de hielo sean la muestra más antigua jamás extraída de la llamada anomalía del Pamir-Karakoram. Esta zona intriga mucho a los especialistas del clima, ya que es la única región montañosa donde los glaciares parecen seguir resistiendo al calentamiento global.

Una larga subida

La expedición, financiada por el Instituto Polar Suizo y la fundación Ice Memory, pretendía inicialmente trabajar en el conocido glaciar de Fedchenko, pero tuvo que renunciar porque el acceso era demasiado difícil, y el lugar demasiado alto para ser sobrevolado en helicóptero.

Dos miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' descienden el glaciar de Pamir, llevando muestras de núcleos de hielo en una caja refrigerada hacia el campamento base, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.
Dos miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' descienden el glaciar de Pamir, llevando muestras de núcleos de hielo en una caja refrigerada hacia el campamento base, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.

El equipo, compuesto de científicos suizos, rusos, japoneses y tayikos, optó así por la capa de hielo de Kon Chukurbashi.

La subida se realizó por etapas, ascendiendo a pie por la tierra rocosa y luego entre la nieve, para finalmente alcanzar la cima del macizo, con una vista extraordinaria sobre esta zona de Asia Central. El equipo pasó siete días perforando hielo con temperaturas bajo cero, para extraer las muestras de sus profundidades.

Concretamente, el material extraído consiste en decenas de cilindros de hielo de unos 50 centímetros de longitud, cuidadosamente subidos a la superficie, numerados y empaquetados para luego ser bajados por los sherpas y guardados en camiones frigoríficos.

Esta imagen muestra al jefe de la expedición, Evan Miles (chaqueta azul), y al paleoclimatólogo y glaciólogo ruso Stanislav Kutuzov (chaqueta roja), extrayendo una 'zanahoria' (núcleo) de hielo del glaciar de Pamir como parte de la expedición 'Pamir-Ice-Memory', en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.
Esta imagen muestra al jefe de la expedición, Evan Miles (chaqueta azul), y al paleoclimatólogo y glaciólogo ruso Stanislav Kutuzov (chaqueta roja), extrayendo una 'zanahoria' (núcleo) de hielo del glaciar de Pamir como parte de la expedición 'Pamir-Ice-Memory', en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.

“Perforamos los primeros 50 metros en un día”, cuenta Stanislav Kutuzov, paleoclimatólogo de la Ohio State University en Estados Unidos. “A partir de 70 u 80 metros, empezamos a tener problemas con la calidad” del hielo, cuenta a AFP.

¿Hasta 30.000 años de antigüedad?

De pronto, el hielo resultó ser más frágil y difícil de manejar; más prometedor, también. El indicio de un período de cambio, cree el jefe de la expedición, Evan Miles, glaciólogo en las universidades suizas de Friburgo y Zúrich.

Dos miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' descienden el glaciar de Pamir, llevando muestras de núcleos de hielo en una nevera portátil hacia el campamento base, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.
Dos miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' descienden el glaciar de Pamir, llevando muestras de núcleos de hielo en una nevera portátil hacia el campamento base, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 24 de septiembre de 2025.

El equipo nunca había visto tantas partículas de polvo en el hielo, lo cual ralentizó las tareas de perforación.

Finalmente, en los “tres o cinco últimos metros, apareció con una tonalidad oscura, amarillenta, lo que apunta a condiciones muy diferentes”, explica Kutuzov.

Miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' ascienden el glaciar de Pamir, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 25 de septiembre de 2025
Miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' ascienden el glaciar de Pamir, en Kon Chukurbashi, Tayikistán oriental, el 25 de septiembre de 2025

“Cuando subimos a la superficie la última muestra, era espectacular. Un hielo muy amarillo, repleto de sedimentos. Lo cual es una muy buena señal para nosotros”, añade Evan Miles.

En Asia Central se encontraron previamente hielos muy antiguos. En Grigoriev, Kirguistán, se extrajo una muestra de 17.000 años por ejemplo.

“Nuestro hielo está mucho más frío y probablemente sea más antiguo que el de Grigoriev, y eso nos da esperanzas”, confía el jefe de la expedición, de regreso en la capital tayika Dushanbe en octubre.

Dos miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' descienden del glaciar de Pamir, llevando muestras de núcleos de hielo en una nevera portátil hacia el campamento base en Kon Chukurbashi, Tayikistán Oriental, el 25 de septiembre de 2025.
Dos miembros de la expedición 'Pamir-Ice-Memory' descienden del glaciar de Pamir, llevando muestras de núcleos de hielo en una nevera portátil hacia el campamento base en Kon Chukurbashi, Tayikistán Oriental, el 25 de septiembre de 2025.

“Solo el análisis de laboratorio lo confirmará, pero esperamos que la muestra resulte excepcional no solo en la zona, sino en toda la región, con una antiguedad probable de 20.000, 25.000 ó 30.000 años”, apunta Evan Miles.

Análisis en Japón

El hielo conserva las burbujas de aire de la época, por lo que es el único archivo climático capaz de ofrecer información sobre la composición atmosférica de hace miles de años, y la concentración de gases de efecto invernadero antes de que la humanidad se pusiera a quemar carbón, petróleo y gas en cantidades industriales.

Precisamente, gracias a kilómetros de muestras extraídas de Groenlandia y la Antártida sabemos que desde hace 800.000 años el clima nunca fue tan cálido como lo es hoy.

Entre los dos polos se han extraído muy pocas muestras de zonas habitadas, “donde queremos comprender cómo varía naturalmente el sistema climático”, destaca Thomas Stocker, presidente de Ice Memory.

Lo que los investigadores descubrirán en los antiquísimos hielos de Kon Chukurbashi -información sobre las nevadas, vientos y polvo de antaño- ayudará a entender incluso los monzones de hoy día.

Y tal vez a anticipar sus evoluciones futuras, de las que dependen cientos de millones de personas en Asia, que padecen en la actualidad los efectos del desajuste climático.

Un primer testigo será examinado en algunas semanas por investigadores japoneses en la universidad de Hokkaido, donde el hielo caído hace siglos e incluso milenios en el macizo del Pamir será sometido a un análisis molecular.

Ice Memory está además financiando el almacenamiento de un segundo testigo de hielo en una cueva helada a -50 ºC en la estación antártica de Concordia, junto con otras muestras de los Andes, los Alpes, Groenlandia y otros puntos del planeta.