Las hormigas piensan en la comunidad antes que en sí mismas. Un estudio ha descrito cómo las hormigas que se sienten enfermas liberan un olor específico para advertir al resto de la colonia del riesgo que representan, y acaban aislándose y muriendo solas para no contagiar.
Eliminación del patógeno
A diferencia de muchas especies en las que los miembros de las manadas tratan de ocultar su enfermedad para evitar la exclusión social, las hormigas emiten un olor específico que actúa como señal de alarma para advertir a la colonia del riesgo de contagio cuando adquieren una infección incurable.
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Una vez reciben la señal de alerta, el resto de las hormigas liberan un desinfectante de producción propia para protegerse de la infección.
Los investigadores han visto cómo las hormigas que se creen contagiadas practican el distanciamiento social, mientras que las que se saben terminales abandonan el nido para morir fuera de la colonia.
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La señalización activa de los infectados incurables permite la detección eficaz de la enfermedad y la eliminación del patógeno por parte de la colonia.
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“Al advertir a la colonia de su infección mortal, las hormigas terminalmente enfermas ayudan a la colonia a mantenerse sana y a producir hijas, que transmiten los genes del emisor de la señal a la siguiente generación”, explica una de las autoras, Erika Dawson, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria.
