Gamescom, a medio camino entre la feria y el festival, se convirtió en escaparate de todo tipo de innovaciones en materia de ordenadores y juegos de computación, con la realidad virtual (VR) como punto álgido de la presente edición.
Las gafas VR fueron el elemento dominante, en sus distintos formatos, tecnologías y marcas pero con el denominador común de “transportar” al usuario a distintos escenarios artificiales sin moverse de Colonia.
Gamescom se transformó así en una especie de gran laboratorio, tanto para el visitante como para los expositores, incluidos grandes como Sony y Samsung y marcas más locales, de cara a tratar de definir tendencias futuras.
Los pabellones del recinto ferial estaban a rebosar desde primera hora de la mañana, con público de todas las edades -aunque mayoritariamente joven- volcado en descubrir novedades o compartir experiencias en torno a Pokémon, una de las estrellas de este año.
Los dispositivos de seguridad reforzados para la presente edición -de acuerdo a las medidas que rigen para todo evento en Alemania, ante la alarma generalizada antiterrorista- obligaron a los asistentes que acudían disfrazados como personajes de comic a renunciar a algún complemento -por ejemplo, espadas-.
Se espera que en los cinco días de duración de la feria, que cierra el próximo domingo, visiten Gamescom medio millón de personas, la mayoría de las cuales ya se aseguraron hace semanas su entrada vía online.