Dos moléculas de la dieta mediterránea pueden prevenir úlceras estomacales

LISBOA. La combinación de las moléculas de nitrito y polifenoles, presentes en varios ingredientes típicos de la dieta mediterránea, pueden evitar el desarrollo de úlceras estomacales.

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Eso asegura un estudio internacional dirigido por investigadores lusos.

Los nitritos, que se encuentran en vegetales verdes como lechugas, espinacas o acelgas, y el polifenol, hallado en el vino tinto o la manzana, forman “una nueva” asociación que sirve para combatir los procesos ulcerosos, según los portugueses João Laranjinha y Bárbara Rocha, coordinadores del proyecto.

El resultado de la suma de ambos es el óxido nítrico (NO), una molécula esencial para proteger el estómago de varias enfermedades a través de la regulación celular.

Esta investigación, de hecho, revela beneficios desconocidos por la combinación entre ambos, pues individualmente las dos sustancias eran conocidas por contener propiedades opuestas.

Al nitrito, formado por la combinación del ácido nitroso con una base, se le considera una molécula altamente tóxica asociada al cáncer de estómago, mientras que a los polifenoles, compuestos de origen natural encontrados en muchas frutas, se le atribuyen propiedades antioxidantes.

“Estamos ante un cambio de paradigma, porque identificamos una nueva actividad de los polifenoles y del nitrito en el organismo”, comentó Laranjinha, miembro de la Facultad de Farmacia de la prestigiosa Universidad de Coimbra (FFCU).

La generación “por procesos puramente químicos” del NO a partir de las dos moléculas citadas desencadena compuestos que combaten los procesos ulcerosos. “El óxido nítrico está considerado de hecho un gran maestro de la regulación de células en el organismo”, aseveró Laranjinha.

Ambos científicos explicaron que sustentaron su estudio en varias experiencias con modelos animales (ratones) e incluso con humanos. Gracias a este compuesto, se pueden “regular procesos gástricos y otros más globales”, resaltaron los investigadores de la FFCC Laranjinha y Rocha, quienes aportaron un ejemplo concreto.

“Es caso de inflamación, es capaz de impedir, por ejemplo, el surgimiento de una úlcera péptica, porque modifica la estructura química de proteínas endógenas” y les cede “una actividad antiulcerosa previamente inexistente”, señalaron.

El estómago, agregaron, funciona como “un birreactor que promueve las condiciones adecuadas para la producción de óxido nítrico en cantidad suficiente”.

La investigación recibió el aval de varias revistas científicas internacionales, como Toxicology y Free Radical Biology and Medicine, entre otras. Junto a Laranjinha y Rocha, colaboró durante los cinco años del estudio el científico sueco Jon Lundberg, considerado como un experto en el estudio de la biología del nitrito, una nueva área de considerable impacto biomédico.

La dieta mediterránea, consagrada patrimonio inmaterial de la humanidad a comienzos de mes por su sabor y por los beneficios que acarrea en la salud, incluye en su menú varias materias primas compuesta por nitritos y polifenoles.

Además de lechugas, espinacas o acelgas, el repollo blanco, la remolacha, el apio o la berenjena también contienen nitritos, que se hallan en mayores cantidades cuanto más verde sea, la hortaliza o la verdura.

Los polifenoles se encuentran en abundancia en frutas típicamente del clima suave del sur de Europa, como albaricoques, cerezas, arándanos o granadas.

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