El equipo, muy esperado por la comunidad científica, está “actualmente pasando por fases finales de integración y pruebas que requerirán más tiempo para asegurar una misión exitosa”, explicó la NASA en un comunicado.
El lanzamiento ya se había pospuesto antes para 2019.
“Una vez que se determine una nueva fecha precisa de lanzamiento, la NASA proporcionará una estimación de costos que podría superar los 8.000 millones de dólares inicialmente previstos”, dijo la agencia, sin dar más detalles sobre el posible costo final del proyecto.
El telescopio espacial James Webb -nombrado así en honor al segundo administrador de la NASA, que estuvo en el cargo entre 1961 y 1968- será el telescopio más poderoso jamás construido.
Cien veces más sensible que su predecesor –el revolucionario Hubble, lanzado en 1990–, será capaz de estudiar la atmósfera de los exoplanetas, ubicados más allá de nuestro sistema solar.