Las autoridades policiales surcoreanas han formado un equipo especial de cinco investigadores para localizar al agresor, al que acusan de violar las leyes de protección animal, según Yonhap.
La grabación, emitida recientemente en internet, muestra cómo un hombre vestido de monje salta el muro de una casa en la ciudad portuaria suroriental de Busan y, tras golpear a un perro de la raza surcoreana Jindo que se encontraba atado, le propina dos hachazos que provocaron su muerte.
El propietario del perro, de 75 años de edad, denunció el caso a la policía poco después del suceso, que ocurrió el pasado 4 de diciembre, aunque no presentó cargos contra el agresor aconsejado por la policía, según Yonhap, que le indicó que se trataría de un caso de daños a la propiedad.
El vídeo fue subido a la red por una organización en favor de los derechos de los animales y hoy ha generado un gran revuelo entre los internautas de Corea del Sur, uno de los países con mayor penetración de internet del mundo.
Este es el segundo escándalo en menos de dos semanas relacionado con monjes budistas, ya que la semana pasada se divulgó otro vídeo que mostraba a monjes de la principal orden budista del país que apostaban cientos de miles de dólares al póker en un hotel.
El juego es una actividad muy restringida en Corea del Sur y está prohibida fuera de los escasos casinos del país, además de ir en contra de la austeridad del estamento budista.