Garra, corazón y mucha fe

Para Víctor “Itor” Galeano no caben dudas. Garra, corazón y mucha fe, esos tres factores fueron los que caracterizaron a su equipo en el Rally del Chaco y lo que los llevo a una gran remontada que terminó en victoria.

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Víctor Galeano Tomboly trataba todavía de asimilar su gran triunfo en tierras chaqueñas. No había tenido quizás mucho tiempo para descansar luego de la dura semana que llegó a su final el sábado en las áridas tierras de la Región Occidental.

Sin embargo, “Itor” aceptó sin pensar cuando se le invitó a que llegara al local de ABC Color para acompañar la edición del lunes de ABC Deportes.

Ataviado con la camisa del Team Copetrol, llegó a los estudios de ABC Televisión poco antes de las 11:00, tomándose el tiempo de todos los que se cruzaban en su camino para felicitarlo.

“Muy contento de haber conseguido el título”, comenzó relatando el piloto de 29 años nacido en Asunción en 1984 y que se inició en el deporte tuerca a los 11 años conduciendo un karting.

“Tengo en mi cabeza, en mi mente, esos lunes posteriores a los Rally del Chaco cuando Pancho Gorostiaga ganaba y lo veía en la portada del diario ABC; y hoy ver mi auto es algo increíble”, aseguró Galeano.

Antes de que se pusiera a hablar de la carrera en sí, “Itor” dedicó unos segundos a agradecer la gran cobertura de ABC Color. “No es porque estemos acá, pero quiero felicitarles porque la cobertura de ustedes fue fantástica”, puntualizó.

Una clasificación casi perfecta

“Itor” reconoció que haber conseguido salir entre los cinco o los diez primeros para el inicio de la competencia en suelo chaqueño era algo muy bueno.

“Creo que nosotros hicimos una clasificación casi perfecta para lo que es nuestro auto, porque en circuito nuestro auto tiene sus limitaciones frente a los S-2000. Debo reconocer que busqué la pole position, no se dio por poco pero sabía y tenía bien claro que largar tercero deportivamente era mejor que largar primero”, afirmó Galeano.

A Galeano no se le hizo nada fácil conseguir su primera consagración en el Chaco. Es que el piloto había comenzado de gran manera la primera etapa, arrebatando a Gustavo Saba el liderato desde la primera prueba de la primera etapa.

Siguió así durante gran parte de la jornada del jueves hasta que su vehículo sufrió problemas eléctricos que lo detuvieron por alrededor de 27 minutos, en una zona en la que el tiempo máximo de atraso es de 30.

“Realmente yo me mantuve con muchísima tranquilidad en todo momento porque yo sabía que no tenía nada que ver con el problema. Si hubiese sido un fuera de pista o un golpe que le di al auto si me hubiese desesperado porque habría sido un error, una falla mía”, recordó Galeano.

Reconoció que en el momento se había dado “prácticamente por abandonado”.

“Los controles no se animaban a largarme empujado por ellos mismos porque me dijeron que no sabían que estipulaba el reglamento y no querían ser motivo de mi descalificación. Evidentemente me dieron totalmente por perdido, fuera de carrera”, agregó.

Aseguró que su intencó al viajar al Chaco era buscar la victoria, aunque si por algún motivo se quedaba en el segundo, tercer o cuarto lugar lo habría considerado mejor que un abandono.

“Este año en el campeonato estoy mal. Un año con muchos altibajos y entonces ni siquiera para el campeonato me servía un segundo, tercer o cuarto puesto”, aseveró.

La segunda etapa de la cuadragésima edición del Rally del Chaco quedará grabada a fuego en la memoria de su ganador. En una jornada memorable, pasó de estar en el puesto 28 en la largada a terminar la jornada en la punta.

“Todo lo que pasaba por mi mente es primero que nada tienen que haber 27 autos que tengan problemas para que yo les pueda descontar 27 o 28 minutos. Aparte de eso, largar en la posición 28 hace que vos no puedas hacer nada de nada. Porque decís ahora voy a acelerar y tenés por lo general camionetas, o el auto que va dos posiciones adelante y va con algún problema que hace que no puedas pasar de cierta velocidad”, señaló.

“Tenían que darse factores inimaginables para que nosotros podamos andar a buen ritmo en la segunda etapa. Si yo salía con la mentalidad de acelerar, sí o sí me iba a terminar trenzando contra algún árbol o alguna camioneta cuando ya me pasó alguna vez”, indicó Galeano.

El piloto, dos veces campeón del Campeonato Nacional de Rally, relató que a partir de ahí armaron una estrategia en la que el avión que debía llevar los repuestos y volver terminó quedándose para sobrevolar durante la segunda etapa e informarle sobre la situación del camino.

Además, sus camionetas de auxilio iban acercándose a los autos que estaban enfrente para avisarles que ya estaban “en su polvo” y pedirles la posibilidad del paso.

“Yo fui muy claro con los auxilios, todos los que estaban adelante nuestro se ganaron esa posición y que nosotros no le podíamos exigir que nos dejen pasar. Con mucho respeto les hablamos a cada uno de los pilotos que estaban delante de nosotros y salió todo perfecto, como tiene que salir cuando vas a ganar”, apostilló.

Reconoció que tener al avión resultó fundamental para una segunda etapa en la que durante muchos tramos el polvo hacía de la visibilidad algo prácticamente imposible.

“El auto estuvo cien por ciento. Llegamos a la asistencia en Infante Rivarola y preguntamos ¿qué hacemos? Yo tenía un tipo de cubierta que utilizamos en condiciones normales y otra muy extrema, muy alta para ponerle. Yo había dicho que si venía con la carrera perdida le ponía la cubierta, si no corríamos con la cubierta normal. Después de pensar, dije pónganle la cubierta estamos al todo o nada”, dijo Galeano.

“No porque yo sea buen o mal piloto sino porque la máquina estaba bien puesta a punto, el equipo trabajó cien por ciento. Y como yo les dije a los auxilios acá es donde el gran equipo se tiene que destacar y mi equipo en ese momento se puso las pilas, se puso la mochila y estaban pendientes”, expresó Galeano.

Confesó que la actitud suele ser diferente cuando se está en el quinto o sexto lugar y hay todavía posibilidades de pelear por la punta, que cuando se está 28 y se sabe que es imposible ganar.

“Igual se trabajó como si se estuviésemos peleando la punta y salimos en la punta. Era algo mágico lo que pasó”, acotó.

“Yo no dejo de recalcar que la clave de esta carrera fue que aceleramos a fondo cuando pudimos acelerar. Esos dos tramos (los finales de la segunda etapa) que yo salí decidido a andar como si fuese que largué un prime del Mundial, fueron los que me dieron la victoria y yo estaba muy convencido y seguro que así tenía que ser”, manifestó Galeano.

“Anduvimos a ritmo y a fondo y eso hizo que se diera la victoria. No teníamos certeza bajo ningún punto de vista de que estábamos primeros, pero sabíamos que íbamos a estar ahí cerca de la punta”, agregó.

“El Chaco nos eligió a nosotros. Si alguien tenía una filmadora ahí en Rancho Tajy cuando tratábamos de soldar la torreta y no se soldaba, no se pegaba. Son esas cosas que uno dice cuándo va a terminar esto”, relató.

Fue ahí donde las cosas se pusieron ajustadas para la tripulación del Mitsubishi Lancer Evolution X número 822. Tuvieron que realizar una asistencia de casi 50 minutos y estuvieron a tres minutos de quedar fuera otra vez.

Ahí el equipo penalizó 26 minutos, lo que equivale a 260 segundos es decir 4m:20s en tiempo real. Desde ese momento, “Lucho” Ortega acortó ventajas y llegaron al último prime con una diferencia de solo 45 segundos.

“Si en 30 kilómetros me hizo 26 segundos, en 70 tendría que poder hacer los 45. Yo estaba seguro que en condiciones normales no me iba a poder hacer, pero si mi auto se rompía sí me iba a hacer y mi auto se rompió faltando siete kilómetros para el final”, relató Galeano con la mente puesta en la tensión de ese tramo final.

“Pero le dimos a fondo y ganamos ese prime”, agregó.

Parecía que los fantasmas de aquél 2005 cuando ya acariciaba la victoria pero que finalmente terminó quedando en manos de Alejandro Galanti.

“Yo no sé si decir que los volvieron los fantasmas o que los fantasmas atajaron la torreta para que se rompiera lo más tarde posible porque como volamos en todos los lomos, como tratamos. Yo en mi cabeza, que no se si ayudó o no, le metía un volante hacia la izquierda para que cayera primero la rueda derecha”, sentenció Galeano.

“Este triunfo podríamos decir que fue tan sufrido y casi casi una radiografía de lo que me caracteriza: al todo o nada y nos jugamos, Nos salió bien y hoy estamos festejando”, aseveró “Itor”.

Aseguró que trató de cuidar esos pequeños detalles que estadísticamente son los que le fallan a la gente en la última etapa, esos que muchos pasan por alto pero que pueden resultar determinantes.

Con respecto a su copiloto, Diego Fabiani, relató que no son de hablar mucho con él que basta una mirada para saber que ya era cuestión de ir al todo o nada.

Galeano y Fabiani tuvieron que hacer varios tramos de la última etapa con el caño de freno trasero roto. “Por eso yo digo que esos tramos ganaba el auto y no yo. Normalmente uno necesita 200 metros para frenar en las curvas, pero yo tenía que frenar a los 900 más o menos”, relató.

La tensión era mayor aún para un Galeano que no había conseguido conciliar el sueño tras ganar la segunda etapa. Había puesto el despertador para las 06:00 pero para las 04:30 ya estaba totalmente desvelado.

Todo eso tuvo su recompensa en la Costanera de Asunción, en la llegada simbólica, cuando “Itor” pudo festejar con su hijo Sebas, nacido en diciembre pasado, en brazos el triunfo que tanto había deseado en su carrera.

“Yo soy muy agradecido al Rally. Cuando empecé, empecé con muy pocos recursos y el rally a mí me abrió muchísimas puertas en lo personal, en lo laboral, en todos los ámbitos de la vida Tengo que valorar, tengo que ser agradecido al equipo, a Dios, a toda mi familia y poder transmitir lo lindo, lo bueno de todo esto”, dijo en el inicio del cierre de la entrevista.

“Primero que nada quiero agradecer a mi señora, que este año más que nunca me apoyó muchísimo; a mi padre y a mi madre. Quiero dedicarle muy especialmente a Pitufo Orrego (fallecido en la noche del viernes), hablé con él minutos antes de su accidente”.

Galeano confesó que si hubo alguien que jugó un papel preponderante en su victoria, ése fue Juan José Zapag, presidente del Club Cerro Porteño y directivo de Copetrol, su principal patrocinador.

“Ese jueves de noche cuando todo parecía perdido sus palabras fueron claves, alentadoras, las palabras de un grande. Yo le llamé para que me diga que abandone nomás ya y me dio fuerza por más de que yo ya había dado totalmente por descartado de poder ganar”, relató.

“Durante toda la segunda etapa recordé las palabras de un gran amigo que me dijo ‘Itor vos sos un gran remontador y por lo general cuando venis remontando no te equivocas’. Tengo que recordar a ese amigo, Tato Mendonca, copiloto en varias ocasiones, porque él es parte de este triunfo”, agregó.


Se acordó de la familia a la Aguilera de Santaní, que lo asistió cuando un accidente en Santaní en el peor momento de su carrera deportiva.

“Al gran equipo Copetrol que este año realmente pusimos huevo, garra. Garra, corazón y mucha fe fue lo que caracterizó en este Rally del Chaco al equipo Copetrol”, sentenció.

Finalizó agradeciendo una vez más la cobertura de ABC en el Chaco y con la promesa de que volvería a visitar los estudios de nuestro diario las veces que fuera invitado.

Vea la entrevista completa con el ganador del Rally del Chaco 2013 aquí.

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