Tras firmar en Alemania su sexto triunfo del curso, Ogier llega a Australia como líder destacado del Campeonato del Mundo, con 93 puntos más que el segundo, su compañero de equipo el finlandés Jari-Matti Latvala.
Para ganar el campeonato en Australia, el francés necesita acabar por delante del escandinavo, no importa en qué posición. Incluso si Latvala gana en Australia, a Ogier le bastaría con ser segundo y arañar un punto en el 'power stage' (tramo de cierre del rally que otorga puntos a los tres primeros a razón de 3, 2 y 1) para conseguir el título a falta de tres pruebas para el final del certamen.
De lograrlo, Ogier se uniría al exclusivo club de pilotos con tres o más entorchados y del que ya forman parte su compatriota Sebastien Loeb, que atesora nueve; y los finlandeses Juha Kankkunen y Tommi Mäkinen, ambos con cuatro coronas. Sebastien Ogier es un experto en el Rally de Australia, carrera en la que ha ganado en las dos últimas ediciones. Este año Ogier tendrá la desventaja de abrir los tramos el viernes y el sábado, donde limpiará la tierra suelta de las pistas.
La carrera cuenta con la baja de última hora del noruego Mads Ostberg (Citroen), que se lesionó el martes por la tarde después de un sufrir un accidente en unos reconocimientos de la carrera y que también dejó con golpes a su copiloto, el sueco Jonas Andersson. El español Dani Sordo (Hyundai) acude a la décima prueba del Campeonato del Mundo con el buen recuerdo de su cuarto puesto en el pasado Rally de Alemania.
Con dos únicas participaciones en Australia, Sordo llegó a subirse al podio en 2009, cuando la prueba contaba con un recorrido en los alrededores de Perth. Este año, con un recorrido en el norte de Nueva Gales del Sur, la carrera es nueva para él. La carrera tendrá 17 tramos cronometrados y sumarán 311,36 kilómetros de un recorrido total de 1.023,70.