Con la serie prácticamente en el bolsillo 3-1 a su favor, el conjunto californiano regresa a sus predios de Oakland con el instinto de un boxeador cuando ve que su oponente está en mal estado: perseguirlo sin tregua hasta lanzarle el golpe fatal y definitivo.
Golden State supo aprovechar muy bien su condición de local y le propinó a Cleveland las dos primeras derrotas en casa para poner a los Cavaliers en una posición incómoda en la serie al mejor de siete encuentros.
Luego, en la primera salida en Cleveland, Kyrie Irving y LeBron James se encargaron de decirle a su público que tenían fuerza suficiente para dar la pelea contra el mejor equipo de la temporada regular, que impuso récord de 73 victorias y apenas nueve derrotas.
Empero, luego de empezar el cuarto partido con mucha energía, fueron perdiendo combustible y finalmente cedieron 108-97 y quedaron contra la pared al darle la oportunidad al conjunto californiano de quedar a una victoria de revalidar el título conquistado el año pasado en la próxima salida.
Los astros Curry y Thompson unieron fuerzas y con 38 puntos el primero y 25 el segundo, desbarataron la ofensiva de los Cavaliers, sobre todo en el último cuarto.
Ahora, Cleveland lo sabe, ningún equipo en 32 finales de la NBA ha podido dar vuelta a una serie que iba perdiendo 3-1.
Los Cavaliers mordieron la derrota pese a contar con excelentes actuaciones de sus astros Irving y LeBron, con 34 y 25 tantos, respectivamente, mientras que el segundo estuvo a punto de un triple-doble por segundo partido al hilo, pues agregó también 13 rebotes y nueve asistencias.
Cleveland sufrió así su primera derrota en casa y ahora tiene registro de 8-1 en estos playoffs, pero Golden State también juega muy bien en casa.