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El Napoli de Carlo Ancelotti, plantado con un 4-4-2, salió con la determinación de tener la pelota y buscar la portería belga, mientras que el Genk, dirigido por Felice Mazzu y organizado en un 4-3-3, arrancó con timidez y fue ganando terreno.
Los belgas, tras haber perdido 6-2 en su visita a Salzburgo, sabían que tendrían muy complicado seguir soñando en clave europea de cosechar una nueva derrota, incluso un empate, mientras que el Napoli, que en su primera jornada de Champions doblegó al Liverpool por 2-0, mantiene todas las opciones con el punto conseguido en tierras belgas.
El duelo se animó a partir de esos primeros roces ofensivos y se sucedieron las ocasiones de ambos equipos, con algo más de presencia de los belgas en el área de los italianos que a la inversa, con buen desempeño del guardameta del Napoli, Alex Meret, pero los jugadores enfilaron el túnel de vestuarios en el descanso con 0-0 en el marcador.
El Genk mantuvo el ritmo en la segunda parte y siguió rondando la portería italiana, con protagonismo del extremo Théo Bongonda, aunque el Napoli también pudo marcar a través de Callejón, que no hizo un alarde de puntería en el Luminus Arena.
Ancelotti ordenó un cambio táctico en el centro del campo, reemplazando, primero, al macedonio Elif Elmas por el internacional belga Dries Mertens y, después, al delantero Arkadiusz Milik por el español Fernando Llorente, lo que reforzó la presencia y la peligrosidad de los italianos de la divisoria para arriba.
Los belgas, por su parte, pese a que no movieron el banquillo hasta los últimos instantes, pudieron marcar en el 84, pero el rumano Ianis Hagi -hijo de la leyenda rumana Gica Hagi- falló a puerta vacía, condenando a un empate sin goles el primer enfrentamiento entre ambos equipos en partido oficial.