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Ni noches ni mañanas alegres
Si Olimpia pudiese aprovechar al menos en un mínimo porcentaje sus arranques impetuosos, probablemente su presente hubiera sido muy distinto. Pitazo inicial y al frente, toques laterales, pases filtrados, remates al arco, teniendo acorralado a los rivales. Hasta ahí todo bien, pero...

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El problema es mantener la intensidad, porque cuando baja, de manera gradual, el panorama se modifica, las fuerzas se equiparan y se presentan las complicaciones, que son múltiples.
Benedetto, Domínguez, Richard, Zabala y Domínguez tuvieron remates prometedores que no entraron, algunos al fallar la portería y otros por las buenas intervenciones de Marchiori.
Al atacar con mucha gente, la defensa franjeada quedaba totalmente desprotegida. En un traslado de Ordóñez le llegó al balón a Elías Gómez, cuyo preciso servicio aéreo permitió el frentazo de Braian Romero para la primera anotación del elenco argentino.
Le costó unos minutos al Decano asimilar el golpe y volver a activar su fútbol ofensivo. Sin embargo, sus intentos por ir al descanso con el empate, resultados infructuosos.
En la reanudación, Domínguez le cometió un penal a Carrizo y Romero estableció el doblete con un envío esquinado. Marino Arzamendia, como el muñeco inflable de las farmacias, se inclinó hacia el palo contrario.
La estantería franjeada si vino abajo cuando Maher Carrizo, libre de marca por la última línea descompensada, señaló el tercero albiazul.
Después se vinieron los bloopers, con choques entre propio compañeros olimpistas. Una actuación lamentable de los dirigidos por Martín Palermo, que no tiene con qué agarrarse para seguir.
El Pipa Benedetto, con un pobre rendimiento, siendo el fichaje estrella del mercado de pases, le hace el gesto de silencio a los aficionados a su salida. Derlis González, recién operado, expuesto a una recaída con su vuelta apresurada. Todo mal, un semestre perdido. El mayor embajador de nuestro fútbol requiere un cambio radical.
Palermo: “Es fútbol, no la muerte de nadie”
Además de pedir disculpas a la afición de Olimpia, Martín Palermo (51 años) señaló tras la derrota por 4-0 contra Vélez que “esto es fútbol, no es la muerte de nadie”, por lo que “no voy a hacer un dramatismo”.
“En caliente, en mi caso no tomar ninguna decisión. Voy a hablar con los dirigentes y ver qué es lo mejor”, señaló el Titán, quien llegó a 58 partidos con el Decano, con un balance de 27 victorias, 17 empates y 14 caídas.
“Este momento no lo esperaba, tres meses después de salir campeón”, indicó el argentino.
“Lamentablemente los resultados no acompañan”, añadió. “Esto continúa”, dijo Palermo, que tras consumarse el sexto juego sin victorias, tiene un pie fuera del gigante del barrio Mariscal López.