El experimento táctico franjeado fue fallido
Un partido abierto y agradable, con la contribución del dibujo táctico de Olimpia, con una línea de tres atrás, un mediocampo poblado y dos atacantes. Bien con el balón, complicado corriendo detrás del mismo.
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Derlis González, en modo obrero, despojó del balón a Gustavo Viera para asistir al platinado volante Iván Leguizamón, quien maniobró entre Cabañas y Vera para despedir el zurdazo que se coló al techo del arco de Víctor Samudio.
El Decano tuvo baches peligrosos. En uno de ellos se dio un pase corto de Richard Ortiz, en la función de defensor, en dirección a Alex Franco. Intercepción de Juan Jesús Salcedo, prolongación a Néstor Camacho para la anotación del experimentado atacante con buen remate con el pie izquierdo, el más hábil.
Fueron minutos confusos de los franjeados y de avances prometedores de los auriazules. Cerca del cierre del primer tiempo, Carlos Paul Benítez cobró un penal por supuesta falta de Vera sobre Leguizamón. Mientras Derlis González se disponía a rematar, se produjo el llamado del VAR, mediante el cual el árbitro revió su postura, al quedar sin efecto la sanción porque el “palancazo” no era claro.
Para la reanudación, Fabián Bustos, conductor del Expreso, introdujo un par de modificaciones, conformando la retaguardia con cuatro atletas, para un planteamiento más amigable al juego franjeado, al que le faltó claridad en la zona de culminación.
Olimpia buscó el desnivel. Triqui generó igualmente buenas cargas. En una de ellas, Crackmacho infló la red, demostrando su plena vigencia. Acción invalidada porque bajó la pelota con el brazo.
Cruz amarilla, en algunos casos utilizada como advertencia y que identifica plenamente al elenco de Trinidad para el técnico olimpista, que está en un club en el que rinde examen permanentemente y no está en condiciones de regalar puntos.
