Uno irresoluto, otro solidario
Haciendo un rápido balance, el Sportivo Luqueño ganó un punto y Cerro Porteño perdió dos, porque tenía todo para ganar y quedar en la cima con puntaje perfecto, pero tuvo la lucidez re querida para plasmar en el marcador su superioridad.
Lea más: El partido, paso a paso
Fue un partido trepidante, con sensación de gol en cada avance y con la rareza que significa ver a un equipo sin delanteros como el visitante, no por una cuestión de estrategia, sino por el tendal de lesionados ofensivos que tiene el Sportivo. Y conste que el semestre recién se inicia.
El inspirado Iturbe se encargó de entregar en bandeja pases con ventaja a Araújo y Torres, quienes se encargaron de desperdiciar chances claras de anotación, sobre todo en la fracción inicial.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
El 11 cerrista se puso el elenco al hombro, corrió tanto que gradualmente su protagonismo se fue apagando. Sobre el final intentó recuperar la fuerza para desequilibrar, pero no pudo.
La conquista azulgrana parecía cuestión de tiempo. Curiosamente fueron los auriazules los que en la primera etapa tuvieron dos oportunidades propicias para romper el cero, una a través del juvenil Ramos, bloqueado por Arias y otra mediante el Chico Díaz, que literalmente le regaló el balón al arquero. La eterna promesa continúa distante de su mejor versión, que la podrá alcanzar con continuidad.
En la complementaria apretó el Ciclón, como era de esperarse. El arrinconado Luqueño se mostró firme y cuando con las variantes ofensivas hasta se animó a salir, para así tomarse un respiro atrás. El hecho de mantener su portería en cero constituye un avance. Alfredo Aguilar levantó sus acciones.
Sin dudas este fue un paso en falso de Cerro, que necesita de sus jugadores de mayor jerarquía. Cecilio, que tardó en saltar al campo porque no podía desprenderse de su arito, está bajo y Pachi Carrizo, otro distinto y talentoso, aún no tuvo minutos en el Clausura.
El trabajo solidario, sacrificado de Luqueño tuvo como premio la igualdad, que le permite seguir invicto.
