En un comunicado oficial publicado en su página web, la federación belga de fútbol explicó que había llegado a un acuerdo con Wilmots para rescindir su contrato, que debía finalizar en 2018, después del Mundial de Rusia.
“La federación agradece explícitamente a Marc Wilmots los progresos realizados en cuatro años”, reza el comunicado, que añade, sin embargo, que “la Comisión Técnica de la URBSFA ha analizado los resultados de la última Eurocopa y ha constatado que los objetivos no se han alcanzado”.
Bajo las órdenes de Wilmots el equipo belga ascendió desde la quincuagésima cuarta posición de la clasificación de la FIFA a la primera, logrando 34 victorias en 51 partidos.
“Asimismo, durante este período los aficionados han reencontrado completamente su fervor por el equipo nacional”, reconoció la URBSFA.
No obstante, a juicio de la federación, son necesarios nuevos impulsos para mejorar los resultados del equipo.
En declaraciones durante una rueda de prensa recogidas por la agencia Belga, el presidente de la URBSFA, François De Keersmaecker, señaló que “la Unión belga está buscando un nuevo entrenador”.
De Keersmaecker confirmó que se mantendrá el encuentro entre Bélgica y España del próximo 1 de septiembre, un partido que fue cancelado el 17 de noviembre debido a la amenaza terrorista tras los atentados del 13-N en París.
El pasado 2 de julio, tras la derrota en la Eurocopa frente a Gales y la consecuente eliminación de Bélgica, la federación afirmó que no tomaría decisiones precipitadas sobre el futuro del técnico de la selección, a quien parte del país y de los futbolistas culparon de la derrota.
Wilmots, que llevaba cuatro años al frente de los Diablos Rojos, justificó el resultado ante Gales por la juventud de sus jugadores, señalando que la la experiencia no se puede comprar.