El Dortmund sufrió muchísimo. En el minuto 76, perdía 1-0. El Friburgo, había hecho todo bien. No concedía oportunidades. Dominaba el choque por completo. Entonces, uno de los cambios afortunados de Terzic, Jamie Bynoe-Gittens, tras un disparo aparentemente intrascendente, se encontró con el regalo que lo cambió todo: Flekken dobló sus manos y la pelota entró en su portería.
Ese tanto, y la aparición de los jóvenes jugadores del Dortmund (el mismo Bynoe-Gitens, 18 años, o Youssoufa Moukoko, 17), cambiaron el destino del equipo de Terzic. Moukoko, y otra de las sustituciones del técnico serbio, Marius Wolf, desequilibraron por completo el choque con otros dos goles que acabaron de hundir al Friburgo.
Y es que, el segundo envite del Dortmund, después de sufrir ante el Bayer Leverkusen en la primera jornada, no podía ser más complicado. Se tuvo que ver las caras con otros de los duros huesos de roer del torneo. El Friburgo, sexto la temporada pasada y finalista de la Copa de Alemania, no era un rival cualquiera. Todo lo contrario. Se avecinaban problemas para el segundo clasificado del curso pasado.
Si en su estreno se encomendó a las paradas de Gregor Kobel y a la firmeza defensiva capitaneada por la excelencia de Nico Schlotterbeck, frente al Friburgo, a domicilio, también iba a necesitar de todo su potencial en la zaga. Y más ante un equipo rápido, fuerte, rocoso, con combinaciones eléctricas y muy veloz tanto al contragolpe como con la posesión de la pelota.
A Terzic se le cayó de la alineación Karim Adeyemi, uno de los mejores en la victoria inaugural del Dortmund. Una lesión en un pie le impidió saltar al terreno de juego del Europa-Park Stadion. El técnico balcánico tampoco recuperó a Niklas Sule, aún convaleciente de una dolencia muscular. Tuvo que volver a colocar a Matts Hummels en el centro de la defensa y el veterano central no mostró su fiabilidad del pasado.
Junto a Thomas Meunier, fue una de las piezas más débiles del tablero defensivo del Dortmund. Lo aprovechó el Friburgo con Michael Gregoritsch, Roland Sallai y Vincenzo Grifo por dentro y con Christian Gunter por fuera, que tenía una autopista por la banda izquierda que Meunier jamás pudo taponar en la primera parte. Por eso, fue sustituido al descanso por Wolf, para frenar la sangría.
Gunter no dejó de subir y bajar por su zona. Incansable, parecía tener tres pulmones. De sus botas, comenzaron muchas de las ocasiones de peligro del Friburgo, que planteó un choque de ida y vuelta del que salió beneficiado durante gran parte del duelo.
El Dortmund, durante el acto inicial, apenas contó con la inspiración de Jude Bellingham y de Marco Reus. Arriba, Anthony Modeste sentó a Moukoko en el banquillo y tuvo una ocasión de oro que Erling Haaland no habría desperdiciado. Al principio, en una combinación con Reus a los 22 minutos, se encontró con el cuerpo de Mark Flekken en un mano a mano que podría haber sido decisivo.
Sin embargo, Modeste no dio en la diana y su equipo, que aún resistía en el toma y daca, acabó engullido por su rival, que comenzó a acumular oportunidades. Las más claras, aparte del tanto de Gregoritsch, fueron para Grifo y Sallai. El acoso fue tal, que el Dortmund agradeció el final de la primera parte.
Pero no se libró del gol de Gregoritsch. Dos, fueron los culpables. Uno, como no, Gunter, que puso el centro desde la banda izquierda que prolongó Matthias Ginter. Y, el otro, Hummels, incapaz de frenar a Gregoritsch, que sin mucho esfuerzo tomó su posición y, con un certero testarazo, abrió el marcador.
La vuelta al césped tras el paso por los vestuarios no trajo cambios. El Friburgo continúo con su acoso y el Dortmund bastante hacía con resistir las embestidas de su rival. Kobel salvó los muebles con una buena intervención a un disparo de Sallai. Su seguridad, permitió a sus compañeros seguir con vida a falta de veinte minutos.
Nada hacia presagiar una reacción del Dortmund, incapaz de acabar con la férrea defensa del Friburgo. Sólo un error o una acción individual podía cambiar el destino del choque. Y, ésta, llegó. La provocó Bynoe-Gittens el zurdazo que lo cambió todo. Flekken hizo su pifia y se desató la tormenta.
El Dortmund, de casualidad, tras ese regalo inesperado, respiró aliviado, Y aún tenía tiempo para dar otro golpe. Olió la sangre y fue a rematar. El error de Flekken afectó al Friburgo, que hincó la rodilla con el tanto de Moukoko tras una gran combinación entre Bynoe-Gittens y Julian Brandt. Wolf, poco después, se unió a la fiesta y firmó un 1-3 excesivo que castigo a un gran Friburgo hundido por el error de su portero.
Ficha técnica:
1.- Friburgo: Flekken; Sildilla, Ginter, Lienhart, Gunter; Eggestein, Hofler; Doan (Kyereh, m. 85), Sallai, Grifo (Weisshaupt, m. 85); y Gregoritsch (Petersen, m. 74).
3.- Borussia Dortmund: Kobel; Meunier, Hummels, Schlotterbeck, Guerreiro; Dahoud, Bellingham, Reus; Hazard (Bynoe-Gittens, m. 64), Modeste y Malen (Moukoko, m. 70).
Goles: 1-0, m. 35: Gregoritsch; 1-1, m. 77: Bynoe-Gittens; 1-2, m. 84: Moukoko; 1-3, m. 88: Wolf.
Árbitro: Tobias Welz. Mostró cartulina amarilla a Meunier (m.33), Bellingham (m. 60) y Schlotterbeck (m. 67) por parte del Borussia Dortmund y a Kyereh (m. 86) por parte del Friburgo.
Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de la Bundesliga disputado en el Europa-Park Stadion del Friburgo.