Paraguay posterga el sueño mundialista para el último combo

Paraguay postergó su sueño mundialista, al caer esta noche por 1-0 ante Brasil, en el duelo por la decimosexta ronda de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, disputado en el estadio Arena Corinthians, que vio a una Albirroja superada por la Canarinha. Esta derrota marca la primera caída de la era Gustavo Alfaro, a pesar del revés, el panorama sigue siendo prometedor: solo necesita un punto de los seis restantes para poder sellar su regreso a la máxima cita del fútbol mundial, tras 16 años.

Raphinha, delantero de Brasil, intenta disputar por el esférico asediado por las marcas de Miguel Almirón (d) y Mathías Villasanti (i) de Paraguay.
Raphinha, delantero de Brasil, intenta disputar por el esférico asediado por las marcas de Miguel Almirón (d) y Mathías Villasanti (i) de Paraguay.Isaac Fontana

El encuentro se desarrolló tal como lo había anticipado Gustavo Alfaro. El director técnico de la Albirroja había advertido en la previa sobre la complejidad del partido, haciendo hincapié en la calidad individual de Brasil y la velocidad con la que los locales podían desplegar su fútbol en la dinámica superficie del Arena Corinthians. Fiel a su análisis, el equipo paraguayo adoptó una postura cautelosa, sin la posesión del balón en la mayor parte del tiempo, los albirrojos ocuparon campo propio, priorizando la solidez defensiva. Sus esperanzas de generar peligro y sorprender al rival se cifraban principalmente en las acciones a balón parado.

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La Verdeamarela exhibió una superioridad abrumadora por las bandas, convirtiendo los costados del campo en zonas sin dueños posicionales. La constante rotación de movimientos, sumada a las apariciones sorpresa en profundidad, desorientó la coordinación defensiva de la Albirroja. Los laterales, Juan Cáceres por la derecha y Junior Alonso por la izquierda, quedaron expuestos en duelos individuales frente a los habilidosos extremos de la “Canarinha”. La situación se vio agravada por la falta de apoyos efectivos de los volantes, quienes no lograron contribuir adecuadamente en la marca escalonada. Esta deficiencia permitió a Brasil explotar los espacios y generar constante peligro desde los costados.

Explotando la fragilidad defensiva de la Albirroja por las bandas, la “Canarinha” logró aproximarse con peligro en un par de ocasiones durante la primera media hora. Primero, por el costado derecho, en un ingenioso intercambio de roles, Matheus Cunha recibió desmarcado, recostado sobre la banda, lanzó un centro rasante que Vinicius Jr. no logró conectar en la boca del arco. Posteriormente, en el sector opuesto, fue Gabriel Martinelli quien desbordó a Juan Cáceres y metió un centro elevado, que tuvo la correcta interpretación de “Gatito” Fernández, el portero, con un providencial manotazo evitó que el esférico llegara a su destinatario, nuevamente Matheus Cunha, manteniendo así el cero en su valla.

Superada la media hora de juego, Brasil volvió a insistir con el desborde por izquierda, donde Gabriel Martinelli una vez más dejó atrás a un Juan Cáceres que se mostraba endeble, en parte por la falta de relevo de Diego Gómez. El extremo del Arsenal inglés metió un centro aéreo que dejó a mitad de camino al portero Roberto Fernández, el esférico cayó en la posición de Matheus Cunha, quien, de frente a la portería, efectuó un movimiento poco ortodoxo, con una definición, que pareció más un rechazo que un intento de gol, que terminó colaborando con la defensa albirroja, disipando una clara situación de peligro para la “Canarinha”.

El gol de Brasil se veía venir. Paraguay se mostraba incómodo en el campo, superado en todas las facetas del juego y sin poder sostener el esférico. Justo sobre el final de la primera mitad, la Verdeamarela logró desbloquear el marcador con una acción fortuita que puso de manifiesto la falta de coordinación defensiva de la Albirroja. Mientras Almirón y Villasanti estaban pendientes de la marca sobre el encerrado Rafinha, perdieron la referencia de Matheus Cunha, el delantero sacó provecho de la deficiencia en faseta defensiva, para luego superar en una dividida a un Junior Alonso que ofreció una débil disputa, tras quedarse con el balón, Cunha metió un centro rasante que Vinicius Jr. conectó en la boca del arco, sellando así el primer tanto del encuentro.

La segunda mitad comenzó con la misma tónica dominante del primer tiempo: el equipo local volvió a asediar el área albirroja. Paraguay se salvó milagrosamente de encajar el segundo tanto en una acción que se originó tras un rechazo corto de Junior Alonso, el balón, tras el despeje, cayó en los pies de Bruno Guimarães, quien, en su intento por meter un nuevo centro, direccionó el esférico hacia la portería, la pelota superó la estirada de Roberto Fernández, pero, sobre la línea de gol, apareció providencialmente Juan Cáceres para impedir la segunda caída de la valla albirroja, justo cuando Gabriel Martinelli ya acechaba para empujar el balón a la red. Una muestra más del asedio brasileño y la resistencia paraguaya.

Sabiendo que un gol podía significar la clasificación, Paraguay se animó a buscar más y generó su primera aproximación en la hora de juego. La jugada nació de una recuperación alta de Diego Gómez, quien aprovechó un control deficiente del lateral Alexandro, el volante del Brighton prolongó la acción hacia Tony Sanabria, y el delantero del Torino buscó la definición inmediata, que encontró la buena ubicación de Alisson, quien tuvo así su primera intervención en el partido. Cinco minutos después, la Albirroja volvió a generar peligro, mediante un lateral ofensivo lanzado por Juan Cáceres, peinado por Ávalos en el primer poste. El balón llegó a la posición de Marquinhos, quien rechazó el esférico hacia Junior Alonso, el lateral no dudó y buscó el arco con un cabezazo colocado que pasó apenas cerca del poste izquierdo de Alisson.

Los cambios de Gustavo Alfaro en la segunda mitad buscaron darle un mejor semblante ofensivo a la Albirroja. A pesar de los esfuerzos paraguayos por ir en busca del empate, no lograron inquietar la tranquila noche de Alisson, quien no tuvo intervenciones de real peligro. Mientras Paraguay se volcaba al ataque, expuesto en el fondo ante la calidad individual de la Canarinha. En este contexto, el trabajo del portero Roberto Fernández fue superlativo, con intervenciones providenciales, que mantuvo hasta el final la posibilidad de que Paraguay siguiera soñando con el empate, conservando la diferencia mínima en el marcador. Esta derrota, que prolonga la clasificación mundialista de Paraguay, necesita solo un punto de los seis restantes para asegurar su regreso a la máxima cita del fútbol, un objetivo que se persigue tras 16 años de ausencia.

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