El “Maracanazo”: A 75 años de la gesta uruguaya que trascendió el fútbol

El 16 de julio de 1950 quedó grabado para siempre: hace 75 años, Uruguay protagonizó el “Maracanazo”, una de las mayores hazañas deportivas de la historia. Ante casi 200.000 espectadores que daban por sentada la victoria local, los charrúas vencieron a Brasil con goles de Schiaffino y Ghiggia, alzándose con su segunda Copa del Mundo. Este triunfo trascendió el fútbol, convirtiéndose en un símbolo de la “garra charrúa”.

Uno de los tantos registrados en el Maracanazo, el 16 de julio de 1950 ante casi 200.000 espectadores.
Uno de los tantos registrados en el Maracanazo, el 16 de julio de 1950 ante casi 200.000 espectadores.

Los goles de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Edgardo Ghiggia no solo sellaron el triunfo de la Celeste por 1-2 ante Brasil, sino que también abrieron paso a una historia que se transmite de generación en generación.

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“Mucha gente en América y en el mundo lo toma como algo que parecía imposible y que se consiguió”, explica a la Agencia EFE el periodista Alfredo Etchandy, integrante de la Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol Uruguayo.

Y añade: “Ese triunfo significó muchísimo y todos los uruguayos seguimos rememorando ese año, ese momento, esa victoria y todo lo que indudablemente significa haber salido campeón del mundo en Brasil”.

Etchandy detalla, también, que ‘Maracanazo’ es un término acuñado en distintas partes del mundo y utilizado cuando se cree que algo es imposible y sin embargo se consigue, aunque nada tenga que ver con el fútbol.

En diálogo con EFE, Eduardo Rivas, autor del programa ‘Maracaná desde el alma’ -distinguido por la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva en la categoría Documentales-, coincide con ello.

En ese sentido, dice que el ‘Maracanazo’ excedió totalmente lo futbolístico y recuerda que tuvo connotaciones de orden social “muy importantes” en Brasil, mientras que los jugadores uruguayos dejaron un mensaje establecido a través de los hechos sobre cómo debe ser el deporte.

Explica que, lejos de vanagloriarse o golpearse el pecho por lo que habían logrado, los futbolistas de la Celeste construyeron una amistad “muy sólida” y hasta los últimos días con sus rivales de turno, quienes sufrieron “un golpe durísimo” por no alcanzar el objetivo.

“Yo creo que se generó una relación como nunca antes ni nunca después se dio entre finalistas de una Copa del Mundo”, detalla Rivas sobre el vínculo entre los futbolistas de ambas escuadras.

En el año 1963, varios de los brasileños que lo jugaron en Maracaná viajaron a Montevideo para disputar un encuentro que tenía como fin recaudar fondos para una obra social. Aquel día la Celeste se impuso por 4-1 en el estadio Centenario.

“Mantenían una vinculación y realmente hubo una amistad posterior a lo que significó esa final. Sobre todo con el tiempo, cuando pasaron algunos años. A algunos jugadores de Brasil realmente no les perdonaron el haber perdido”, explica Etchandy.

Rivas no duda en indicar que el ‘Maracanazo’ es “una de las historias más hermosas” de los Mundiales.

“Más allá de un tema apasionante, Maracaná es una de las historias más hermosas, no solamente creo para nosotros los uruguayos, sino a nivel general de la historia de la Copa del Mundo. Es una de las historias que reúne desde el punto de vista deportivo la épica más grande por todo lo que rodeó el certamen en sí”, sostiene.

Asimismo, recuerda varios diálogos que mantuvo con los jugadores uruguayos e indica que le decía a Ghiggia que de tantas veces que contaba cómo había hecho el gol que remontó el encuentro a los 79 minutos de juego corría el riesgo de un día fallarlo.

También rememora que Schiaffino era una persona “de perfil muy bajo” y que siempre contaba que cuando anotó había querido poner el balón contra el otro poste.

“Él te lo contaba y decía: ‘Yo no le pegué bien a la pelota’. El colmo de la perfección, porque era él único que lo podía saber y si no se lo contaba a nadie no pasaba nada, pero hacía la aclaración”, concluye.

Fuente: EFE

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