Pese a que muchas de esas obras deberán estar listas para marzo del 2013, tres meses antes de la Copa de las Confederaciones, el ministro de Deporte, Aldo Rebelo, aseguró en rueda de prensa que, si bien hay algunos atrasos, casi todos los proyectos marchan “dentro del cronograma” previsto.
Como subsedes de la Copa de las Confederaciones, la FIFA escogió en forma provisional las ciudades de Salvador, Recife, Brasilia, Belo Horizonte, Fortaleza y Río de Janeiro, aunque la decisión final será tomada a fin de año, en función del estado de las obras.
Esas seis ciudades, junto con Cuiabá, Curitiba, Manaus, Natal, Porto Alegre y Sao Paulo, acogerán el Mundial de fútbol en 2014.
Sobre los estadios para la Copa de las Confederaciones, Rebelo aseguró que solo existen ciertos atrasos en el Maracaná de Rio de Janeiro, cuya remodelación fue concluida en un 45 por ciento, y en el estadio de Recife, que está terminado solo en un 33 por ciento y preocupa a la FIFA, que podría excluirlo de la cita del año próximo.
El resto será entregado en diciembre próximo y, según el balance, el más adelantado es el de Fortaleza, concluido en un 62 por ciento, seguido por los de Salvador (56 por ciento), Belo Horizonte (55 por ciento) y Brasilia (53 por ciento).
El estadio más atrasado es el de la ciudad de Curitiba, cuya construcción solo se ha completado en un once por ciento, aunque el ministro aseguró que “estará totalmente listo” para inicios de 2014.
En esa “lista negra” sigue el estadio que se construye en Porto Alegre, construido hasta ahora en un 20 por ciento y cuyas obras fueron afectadas por una prolongada huelga de trabajadores.
Los mayores problemas se presentan en obras relativas a toda la infraestructura de transporte, hotelera y de telecomunicaciones, que en un 46 por ciento aún no comenzaron aunque, según garantiza el Gobierno, “avanzarán” con fuerza en los próximos meses.
De todos los proyectos previstos en esas áreas, un 9 por ciento ya han sido adjudicados y comenzarán en las próximas semanas, un 17 por ciento están en proceso de licitación y otro 15 por ciento está aún en fase de estudio, indicó Rebelo.
La ministra de Planificación, Miriam Belchior, que le acompañó en la rueda de prensa, destacó que las obras de los estadios emplean a un total de 19.043 trabajadores, de los cuales 4.800 están dedicados a la reforma del legendario Maracaná en Río de Janeiro.
Pese al optimismo del Gobierno, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, volvió a manifestar este martes su insatisfacción con la forma en que se desarrollan las obras necesarias para el Mundial y la Copa de las Confederaciones.
“Brasil no es un país pobre. Es la sexta economía del mundo y sabe lo que debe hacer, pero no lo hace en el tiempo adecuado”, dijo el dirigente de la FIFA citado por la prensa local.
Rebelo declinó hoy entrar en nuevas polémicas con la FIFA por el estado de las obras, que ya hace unos meses llevaron al secretario general del organismo, Jerome Valcke, a decir que Brasil precisaba “una patada en el trasero” para ponerse a trabajar “en serio”.
Según el ministro, el ritmo de ejecución de las obras avanza “cada día” y Brasil estará en condiciones de realizar “la mejor Copa del Mundo” en 2014.