“Hace dieciséis años yo estaba en la escuela viendo el último Mundial de Paraguay y nunca me imaginé formar parte de esta linda historia. La verdad que estoy feliz de poder compartir con mi familia. Todavía no puedo creerlo, ‘che mo pirimba’ (se me pone la piel de gallina)”, expresó Galarza con la voz entrecortada, reflejando la magnitud del momento.
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El volante también destacó el apoyo incondicional de la afición y el sacrificio personal y familiar que lo llevó a este punto. “Yo en lo personal, camino a acá, empecé a llorar porque me acordaba de todos los momentos. Desde la Sub-15, pasar la pandemia y hoy estar acá con la hinchada es algo único. Se me venía a la cabeza todo el sacrificio que hizo mi familia. Esto no solo lo merecemos nosotros, los jugadores y nuestras familias, sino la gente, porque Paraguay es un país muy sufrido”, señaló, en un gesto de reconocimiento hacia el pueblo paraguayo.
Galarza finalizó su intervención con un mensaje ambicioso, dejando claro que la Albirroja no se conformará con solo participar en el torneo. “Cada vez demostramos que el paraguayo está para grandes cosas, no solo en lo futbolístico, sino en el ámbito social y cultural. Siempre callados, con humildad y sacrificio. Nosotros ponemos la cara y esto es solamente el principio. Vamos al Mundial a competir, no a participar”.
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