Un año de contrastes

Para los dos grandes del fútbol paraguayo, Olimpia y Cerro Porteño, el 2013 fue un año de contrastes. Ambos tuvieron un semestre en el que se lucieron y otro que preferirían dejar en el olvido.

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Mathías Giménez caminaba hacia el punto penal. El Mineirao era un hervidero. Los hinchas del Atlético Mineiro habían copado el recinto para el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores.

El argentino tenía que convertir para que la tanda desde los doce pasos se extendiera y darle una oportunidad al Olimpia de llegar a su cuarta Copa Libertadores. Pero la suerte no le acompañó y los brasileños terminaron ganando el título por primera vez en su historia.

Llegaba así el cierre de un primer semestre del año brillante para el Decano. A partir de ese momento, las penurias se repitieron una tras otra.

Olimpia se jugó al todo o nada en la Copa Libertadores de este año. Su participación comenzó en la pre-Libertadores, ante el Defensor Sporting. De ahí pasó a un reñido grupo en compañía de la Universidad de Chile, Newell's Old Boys y el Deportivo Lara.

Ni el más optimista hincha franjeado confiaba en llegar lejos. Hay que ser sinceros. Más aún atendiendo a que el plantel era inferior en número y en nombres con respecto al que un año antes no había conseguido pasar de la primera fase de la competencia.

Aún así, paso a paso, el equipo comandado por Éver Hugo Almeida se fue abriendo paso. En varios partidos, el amor propio pesó mucho más que el buen fútbol para conseguir los resultados.

Y así se vio en la final ante el Mineiro de Ronaldiho, Jô, Tardelli y compañía. Era la reedición de la final de la Copa Conmebol 1992, cuando el Decano quedó con cuentas pendientes.

Terminó cayendo desde el punto penal en Brasil. Pero el heroísmo demostrado hacía que el hincha olimpista hinchara el pecho de orgullo.

Pero para el segundo semestre, las cosas cambiaron. Mucho habrá tenido que ver el cansancio y la falta de recuperación física y una buena pretemporada. Apenas habían regresado de Brasil y ya tenían que volver a jugar por la primera fecha del Clausura.

Comenzó con una buena victoria ante el Sportivo Carapeguá, mostrando todavía el nivel de la Copa. Pero después fue una caída libre constante, con alguna que otra levantada momentánea.

Hay quienes hablan de un quiebre de la unidad y la armonía otrora reinantes en el vestuario franjeado. Lo cierto es que de los 66 puntos que se disputaron en el Clausura, Olimpia sumó apenas 24 y quedó fuera de toda competencia internacional para el año que viene.

Necesita que el 2014 sea un poco mejor.

Para Cerro Porteño, en cambio, el primer semestre del año debe quedarse en el olvido.

El equipo azulgrana cayó eliminado de la Copa Libertadores en primera fase. Algo imperdonable para un hincha ansioso de éxitos.

La situación se agravó aún más porque el Ciclón no pudo ganar siquiera un solo partido de los seis que jugó. Tal fue la situación azulgrana que llegó a ser derrotado por un -hasta entonces- desconocido Real Garcilaso en Asunción y goleado por el mismo equipo en Perú.

En medio de esa tormenta, en Barrio Obrero decidieron sacar a Jorge Fossati de la dirección técnica y reemplazarlo por Francisco “Chiqui” Arce, un hijo de la casa.

Arce tuvo sus problemas durante los primeros meses y no pudo salvar a Cerro de la tempranera eliminación. Jugando en casa, terminó en el tercer lugar del Apertura, a nueve puntos del campeón Nacional.

El segundo semestre se ponía oscuro luego de la eliminación en primera fase ante la Universidad Católica chilena en Copa Sudamericana.

Pero el Ciclón levantó cabeza. Combinación justa de amor propio, compromiso, unidad y buen fútbol. Esa fue la receta que llevaron al cuadro azulgrana a escribir una nueva página de gloria en su historia.

Los azulgrana conquistaron el Torneo Clausura de forma invicta. Llegaba así su estrella número 30, mientras el tradicional rival quedaba entre los últimos de la tabla de posiciones.

Ahora, el 2014 estará cargado de compromisos para los de Barrio Obrero. Además de los torneos locales, tendrán dos competencias internacionales en la que esperan convertirse en protagonistas.

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