El zika, el dopaje y las lesiones quitan figuras a Rio

El miedo al zika, el dopaje, las lesiones y hasta una borrachera han arrebatado a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro un reguero de figuras que tenían posibilidades de optar a las medallas en Brasil.

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A la espera de conocerse el alcance de la lesión que sufrió este viernes Usain Bolt, ya es seguro que algunos nombres propios como Stephen Curry, Lionel Messi o Maria Sharapova, por diferentes motivos, tendrán que ver los Juegos por televisión.

El zika, una enfermedad que ha tenido especial incidencia en Brasil, ha sido un motivo determinante para la ausencia de dos importantes golfistas, el australiano Jason Day, número uno mundial, y el norirlandés Rory McIlroy, cuarto del mundo.

Esa amenaza ha puesto en alerta a otros muchos deportistas de primer nivel, en especial entre los jugadores de la liga de baloncesto de Estados Unidos, aunque pocos han sido los que han admitido que ese fue el motivo real para su renuncia.

Entre las bajas del equipo de baloncesto de Estados Unidos sobresalen la de las dos mayores estrellas del momento, Stephen Curry y LeBron James, que adujeron motivos personales para justificar su ausencia, además de Kobe Bryant, que acaba de retirarse de las canchas.

En este deporte también causarán baja otros jugadores importantes para sus respectivos equipos como el brasileño Thiago Splitter, por una lesión, o el argentino Pablo Prigioni, que anunció su renuncia a la selección nacional a última hora.

Las lesiones se han atravesado en las aspiraciones olímpicas del atleta francés Teddy Tamgho, plusmarquista de triple salto, que se ha fracturado el fémur, o de la australiana Sally Pearson, campeona olímpica de los 100 metros vallas, que sufre una lesión en los isquiotibiales.

El ciclista suizo Stefan Küng, campeón mundial en 2015 en la prueba de persecución, sufrió una fractura en la clavícula al caerse durante una contrarreloj y dejará cojo al equipo helvético, que era un firme candidato a las medallas.

Los Juegos también sufrirán ausencias notables porque los propios interesados no consiguieron clasificarse.

El caso más notorio es el del nadador brasileño César Cielo, campeón olímpico y mundial en 50 metros libres, que se quedó fuera de Río en unas disputadísimas finales del campeonato brasileño y no podrá aspirar a las medallas en casa.

Ese también es el caso del golfista Tiger Woods, que está en baja forma y se quedó fuera de los puestos que dan acceso a Río en el año en que el golf vuelve al programa olímpico después de un siglo.

Los atletas mexicanos Tadeo Vega y Omar Pineda, empatados en el séptimo lugar del ránking mundial de marcha de 20 kilómetros, fueron excluidos por su federación al no colocarse bien en el Campeonato Nacional de Monterrey.

En el capítulo de dopaje, el caso más grave, porque afecta a un mayor número de competidores, es el del equipo ruso de atletismo, cuya participación ha sido vetada en bloque por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

No obstante, la IAAF ha abierto excepciones y admitió que podría permitir la inscripción de atletas que atestigüen su limpieza, aunque no les dejará competir bajo la bandera rusa, algo que solicitó ya la pertiguista Yelena Isinbáyeva, doble campeona olímpica y plusmarquista mundial, y otros 61 colegas.

El dopaje también afecta a otra rusa de fama mundial, la tenista Maria Sharapova, que ha sido suspendida de las competiciones durante dos años por haber dado positivo en un control que le fue efectuado el pasado 26 de enero, durante la disputa del Abierto de Australia.

Otro tenista, el austríaco Dominic Thiem, el octavo en la clasificación mundial, se ha negado a participar en Río porque, según él, la ATP ha equiparado las Olimpiadas con los torneos de exhibición, al excluirla del sistema de puntuación con el que se elabora el ránking.

En fútbol, un deporte que siempre ha concedido poca importancia a los Juegos Olímpicos, los aficionados podrán ver a muy pocas estrellas.

El argentino Lionel Messi, que acaba de renunciar a la selección, o el portugués Cristiano Ronaldo no estarán con sus respectivos equipos y la única figura de primer nivel que no ha querido perderse la cita, por ser anfitrión, es el brasileño Neymar.

En la competición femenina tampoco estará la delantera Sydney LeRoux, una de las estrellas de Estados Unidos, el último campeón olímpico y mayor favorito al oro, porque está embarazada.

El caso más rocambolesco es el del tirador australiano Michael Diamond, que se perderá los Juegos Olímpicos por problemas con la justicia.

Diamond fue arrestado por conducir borracho y por posesión ilícita de armas de fuego y la Federación Australiana de Tiro vetó su participación en Río.

Los tribunales también han sido un obstáculo insalvable para el atleta sudafricano Oscar Pistorius, el primer paralímpico que compitió en unas olimpiadas y que fue condenado a cinco años de cárcel por el asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, y actualmente cumple prisión domiciliaria.

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