El moscovita, que lleva sin lograr un título desde del 2023, cuando triunfó en Roma, Miami, Doha y Dubai, y sin estar en una final desde que llegó a la de Indian Wells y el Abierto de Australia en el 2024, sobrevivió a la amenaza del norteamericano al que ya había ganado en el 2023, por 6-4 y 6-3, en pista ruda.
El torneo, ya sin el alemán Alexander Zverev, el serbio Novak Djokovic, el español Carlos Alcaraz y otro ruso, Andrey Rublev, entre los reclamos iniciales, se mantiene para Medvedev; que se ha adaptado a la tierra de Madrid que tiempo atrás le causaba tanta animadversión.
Ya el año pasado fue cuartofinalista. Ahora, en su sexta presencia, consiguió situarse entre los ocho mejores por vigésima tercera vez en un Masters 1000 en su carrera.
Tardó una hora y 51 minutos en consolidar su remontada en un choque que se le puso cuesta arriba en la primera manga que se apuntó el estadounidense que pretendía alcanzar el mejor resultado de su recorrido en un evento de este nivel.
El ruso se enfrentará en cuartos contra el ganador del choque entre el noruego Casper Ruud y el estadounidense Taylor Fritz.