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Conforme al estudio de la Consultora Ergon Energy - Banco Mundial (febrero, 2024), se evidencia que el mayor porcentaje de pérdidas de la ANDE en el país se concentra principalmente en seis departamentos: Canindeyú, Central, Alto Paraná, Itapúa, San Pedro y Caaguazú. Estas zonas constituyen el foco principal de las acciones de corto plazo, en materia de gestión de pérdidas no técnicas, según el Plan Maestro de Gestión y Control para Reducción de Pérdidas Eléctricas (2024-2034).
Según el mapa de los focos de pérdidas, San Pedro, Canindeyú, Caaguazú, Alto Paraná y Asunción superan el 30%, mientras que Itapúa, Caazapá, Guairá, Cordillera, Paraguarí, Concepción y el Chaco están más que el 20% y menos que el 30%. Entre 12% y 20% se encuentran Misiones, Central y Amambay. Solo Ñeembucú se salva con menos del 12%.
Con relación a la composición de las Pérdidas Eléctricas Totales, de acuerdo a los datos proporcionados por la Consultora CEARE – BID (octubre, 2024), el 5,1% corresponde a Pérdidas Técnicas en Transmisión, siendo la diferencia de 23,4% las Pérdidas en Distribución (Pérdidas Técnicas y No Técnicas). De acuerdo a datos de estimación, se encontrarían distribuidos en una relación de 50% de pérdidas técnicas en distribución y 50% de pérdidas no técnicas en distribución, con lo que existe un porcentaje de 11,7% de las pérdidas totales, que corresponderían a las pérdidas comerciales, que son gestionables.
ANDE: el 45% de las pérdidas son no técnicas
Se desprende, además, del estudio de la Consultora Ergon Energy - Banco Mundial, en relación con las Pérdidas No Técnicas en Distribución, que el 25% se encuentra en el Nivel de Media Tensión, mientras que un 30% correspondería al sector residencial en baja tensión en los principales cascos urbanos. El resto, que corresponde al 45% de las Pérdidas No Técnicas, en los sectores vulnerables, asentamientos y zonas periféricas a nivel país.
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A partir de la problemática existente, que afecta al Sistema Eléctrico Nacional, se plantea en el documento de la ANDE, la planificación de las inversiones y acciones operativas, con el objeto de reducir las pérdidas eléctricas en Distribución, en un horizonte de cuatro años, es decir para el 2028, a un valor de 15%.
Para ello se prevé una inversión de 359 millones de dólares entre 2025 y 2028, destinada a modernizar infraestructuras, optimizar procesos y combatir el uso irregular de energía.