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Aun así, el crecimiento económico derivado de la evolución demográfica puede ayudar de otras maneras; por ejemplo, aumentando los ingresos públicos para hacer frente a elevados niveles de deuda, refiere un documento del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde el organismo destacaban que el dividendo demográfico está disminuyendo a medida que la población envejece y que el porcentaje de población activa llega a su máximo. Ello significa que la proporción de la población capaz de generar ingresos dejará de crecer, representando un cambio importante. En la actualidad, esa proporción iba en aumento, añadiendo anualmente 0,5% a la fuerza laboral desde el año 2000. Por el contrario, con las recientes previsiones, el porcentaje de población activa registrará, en promedio, un nulo crecimiento durante los próximos cinco años.
Otras estimaciones, como de las Naciones Unidas, señalaban que, en 2023, las personas de 60 años y más en la región sumarían aproximadamente 92 millones y representarían el 13,8% de la población total.
Sin embargo, al final de la “Década del Envejecimiento Saludable, en 2030″, la población aumentaría en 23 millones, alcanzando los 115 millones o 16,5% de la población total.
El mismo documento refería la proyección de un fuerte crecimiento del grupo de personas de 80 años y más.
Así, para el 2023 en la región se contaría con 12 millones y en 2030 llegaría a 16 millones de personas, siendo dos tercios de este grupo, mujeres.
Indicadores nacionales
De las 766.877 personas que conforman la población adulta de 60 y más años de edad, la mayor cantidad se ubica en la franja de 60 a 64 años. Además, se contabilizaron a 125.454 adultos mayores en situación de pobreza en todo el país, concentrándose en Central, Caaguazú y Alto Paraná. En tanto que Ñeembucú, Amambay y Presidente Hayes se ubican con el menor número de la población.
Con respecto a la Tasa de la Fuerza de Trabajo del mencionado segmento de la población, se observa un claro decrecimiento entre el grupo que va de 60 años a 80 años y más. Destacan los hombres, en todos los grupos, con la mayor participación frente a las mujeres, siendo en el grupo de 60 a 64 años, donde se concentra el número de personas dentro de la fuerza de trabajo en el país.
Otro dato relevante es el vinculado al área de residencia y tipo de seguro médico. Del total de adultos mayores, solo 28,4% se encuentra dentro del Instituto de Previsión Social (IPS); el 8,1% tiene otro tipo de seguro (seguro privado individual, laboral, familiar, sanidad militar, policial) y la mayor proporción (63,5%) no cuenta con seguro alguno.
Al desagregar por áreas geográficas, de los 486.666 hombres y mujeres que viven en la zona urbana; el 35,8% está dentro del sistema previsional; 10,9% se beneficia de otro seguro y el 53,3% no tiene. En las comunidades rurales; el 15,6% de las personas no figura como beneficiario en el sistema del IPS; el 3,2% cuenta con algún seguro y el 81,2% sin ningún seguro.
Es de recordar que proyecciones para los próximos 30 años, como las del Banco Interamericano de Desarrollo, refieren que se duplicaría la cantidad de adultos mayores en Paraguay. Por tanto, el escenario se plantea con un llamado urgente para el diseño de políticas públicas y otras estrategias que permitan, no solo acompañar sino transformar la economía ante las nuevas demandas de la población adulta vinculadas con el sistema de salud y protección social.
Remarcar que, en el corto y mediano plazo, la economía plateada presenta, igualmente, una oportunidad de negocio en sectores de la vivienda, el turismo, los cuidados o el transporte con potencial para generar nuevos empleos, por consiguiente, impulsar el desarrollo y crecimiento económico.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones