Alertan que falta de precipitaciones desata “preocupación generalizada” en el campo

La falta de lluvias desde el arranque del 2025 mantiene en alerta a todo el sector agrícola y ya empieza a dejar secuelas en los cultivos “en pie”, además de generar mermas en las expectativas de los rendimientos, según reportó la Unión de Gremios de la Producción (UGP). La sequía está afectando a todos los cultivos de la temporada, principalmente a la soja.

Califican de exitosa a la cosecha de soja 2023.
La cosecha masiva del ciclo sojero tomará fuerza tras la quincena de enero y, por el momento, los primeros resultados muestran rindes "dispares".

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El 2025 arrancó sin lluvias y desató una “preocupación generalizada” en el campo, de acuerdo con el reporte de la Unión de Gremios de la Producción (UGP). Señaló que, tras varias semanas sin precipitaciones, pero con intenso calor, ya se observan las secuelas en los cultivos “en pie”.

“Desde la segunda quincena de diciembre, los cultivos ingresaron a una fase crítica, especialmente para las parcelas sembradas en septiembre, cuya etapa final de desarrollo se vio afectada por la falta de humedad y el calor, lo que generó casos de abortos de flores y vainas. En zonas más críticas, hay áreas secas y dañadas”, explicó el gremio.

Enfatizó en que la falta de buenas lluvias generó la merma en las expectativas de producción, por lo que resulta difícil estimar rendimientos, mientras no se registren precipitaciones para determinar qué aún se puede “recuperar”. En este contexto, los productores se mantienen en alerta.

Si bien uno de los cultivos más afectados fue la soja, el maíz, el sésamo y la mandioca también enfrentan grandes desafíos a raíz de la falta de precipitaciones, de acuerdo con los datos que proporcionó el gremio.

Rendimientos “dispares” de la soja

La cosecha masiva del ciclo sojero tomará fuerza tras la quincena de enero y, por el momento, los primeros resultados muestran rindes de entre 2.000 kilogramos por hectárea y 3.000 kilogramos por hectárea, lo que varía de acuerdo con la zona.

En un buen año para la soja, los rendimientos por hectárea pueden alcanzar un promedio de entre 2.900 y 3.000 kilogramos por hectárea. No obstante, desde la UGP, ya adelantaron que el ciclo 2024/25 no alcanzará dichos resultados debido a los numerosos desafíos climáticos.

A lo largo de la campaña agrícola, las zonas más afectadas por las condiciones climáticas adversas fueron San Pedro, Caaguazú y Canindeyú. En este escenario, hay gran incertidumbre respecto a lograr una producción total de 10,5 millones de toneladas de soja, tal como se tenía previsto.

Crece el riesgo de estrés hídrico

De acuerdo con los últimos datos del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), desde la segunda semana de enero, la gran mayoría de los suelos registró un déficit de humedad en relación con las necesidades hídricas de los cultivos, lo que generó un escenario preocupante para el sector.

Precisó que las condiciones de déficit de lluvias, combinadas con las elevadas temperaturas registradas en los últimos días, incrementaron significativamente la tasa de evapotranspiración (pérdida de humedad). Por ende, el riesgo de estrés hídrico en los cultivos es cada vez mayor.

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