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Dentro de este contexto, la pobreza extrema representa la forma más severa de privación económica, en la cual los individuos o familias no pueden cubrir siquiera sus necesidades alimentarias mínimas para sobrevivir. Se caracteriza por una insuficiencia total de ingresos que impide el acceso a bienes y servicios esenciales, poniendo en riesgo la vida y el bienestar de las personas afectadas.
De acuerdo con el Banco Mundial, se considera que una persona vive en pobreza extrema si subsiste con menos de 1,90 dólares al día, ajustados por paridad de poder adquisitivo, reflejando una situación de precariedad extrema y exclusión social crítica.
El análisis de la variación de la pobreza en América Latina entre 2018 y 2023, con datos extraídos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), refleja el impacto de eventos económicos y sociales, como la pandemia de 2020 y la posterior recuperación.
En el mismo sentido, América Latina había experimentado un aumento significativo de la pobreza en 2020, alcanzando 32,8%, seguido de una lenta reducción hasta llegar al 27,3% en 2023. Este comportamiento sugiere que, aunque la crisis sanitaria golpeó severamente la economía, los países han logrado una parcial reactivación.
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Indicadores de pobreza e indigencia por países
Al observar los datos por economías, sin considerar Argentina, porque no se cuenta con datos, el reporte de Cepal da cuenta que Brasil redujo la pobreza de 20,4% en 2018 a 18,4% en 2020, pero en 2021 la tasa repuntó a 24,4%, evidenciando un impacto diferido de la crisis. Posteriormente, logró una reducción sostenida, cerrando en 16,1% en 2023, reflejando mejoras en las condiciones sociales.
Por su parte, Paraguay evidenció un incremento en la pobreza en 2020, alcanzando 22,3%, seguido de una reducción en 2021 a 20,9%, aunque en 2022 volvió a subir a 22,8%, para finalmente descender a 19,6% en 2023, conforme con las estadísticas del organismo.
En tanto que, Perú sufrió el mayor impacto en 2020, con 28,4%, pero se recuperó rápidamente, llegando a 18,3% en 2023. Uruguay se ubicó con los niveles más bajos de la región, pasando de 2,9% en 2018 a 5% en 2020, para luego reducirse su tasa de pobreza a 4,5% en 2023.
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En cuanto a la pobreza extrema, América Latina había registrado su punto más alto durante el 2020, con 13,2%, descendiendo a 10,6% en 2023. Brasil experimentó una reducción sostenida tras un repunte en 2021, cerrando 2023 en 3,6%.
Paraguay mostró fluctuaciones, aumentando a 8,9% en 2022, aunque en 2023 se redujo a 7,3%, presentando los niveles más altos de pobreza extrema entre los países analizados. Mientras que Perú había pasado de 3% en 2019 a 8,6% en 2020, con una recuperación posterior que lo llevó a 4,2% en 2023. Uruguay, con la menor incidencia de pobreza extrema, varió entre 0,1% y 0,2% en el período analizado.
En conclusión, la crisis sanitaria había sido el periodo del fuerte aumento en los indicadores de pobreza y pobreza extrema en América Latina, con una recuperación desigual entre los países tras la pandemia. Aunque países como Brasil logró reducciones sostenidas, Paraguay y Perú habían presentado fluctuaciones, evidenciando desafíos persistentes en la estabilidad económica y social de la región.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
