De la mano de la soja paraguaya, molienda en Argentina alcanzó nuevo récord

La molienda de soja en Argentina rompió un nuevo récord al cierre del año pasado y su industria aceitera registró mejoras en la utilización de capacidad instalada, a partir de la importación de soja paraguaya, según se desprende del informe oficial del sector. En contraste, el procesamiento de oleaginosas en nuestro país atraviesa una situación crítica y las fábricas locales siguen reclamando la puesta en marca de políticas que les permitan recuperar sus condiciones de competitividad.

Imagen representativa de una industria aceitera de Paraguay
La buena dinámica del procesamiento de oleaginosas en Argentina se dio como resultado de la fuerte demanda en el mercado internacional de aceite de soja.

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La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales en Argentina destacó en su más reciente informe que su molienda alcanzó un nuevo hito al cerrar el 2024 con 42,1 millones de toneladas procesadas, frente a las 27,1 millones de toneladas del 2023, que implica un aumento del 55% entre ambos periodos.

La buena dinámica del procesamiento de oleaginosas en Argentina se dio como resultado de la fuerte demanda en el mercado internacional de aceite de soja, cuyas exportaciones durante el 2024 alcanzaron 5,93 millones de toneladas, muy cerca de su récord absoluto de 5,97 millones de toneladas (2021), de acuerdo con el reporte. El principal sostén del hito fue la soja paraguaya.

De las importaciones de oleaginosas en el vecino país, el principal origen fue Paraguay, que representó el 89% del total, con 6.804.006 de toneladas. Este ritmo de compra también permitió que la industria aceitera argentina registre una mejora en el uso de su capacidad instalada, que alcanzó un 66%, mientras que su capacidad ociosa fue solo del 34%.

Sin la soja importada de Paraguay y Uruguay, la capacidad utilizada hubiera sido del 64%. El aumento de la oferta de soja disponible fue el factor determinante para el incremento de la molienda”, resaltó el gremio de industrias aceiteras en el vecino país.

El escenario local

En Paraguay, la situación es totalmente opuesta, atendiendo que la crisis que atraviesa la industria aceitera nacional se evidenció especialmente en los resultados que arrojó la molienda hasta diciembre del año pasado.

El procesamiento local acumulado en el 2024 alcanzó las 2.648.267 toneladas, que implica una reducción de más de 284.000 toneladas (12% menos) con relación al mismo lapso del 2023, cuando el registro ascendió a 2.933.185 toneladas de soja. En este contexto, la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) viene reclamando la consolidación de una política industrial que permita a las aceiteras nacionales recuperar sus condiciones de competitividad.

Para materializar el gran potencial de las aceiteras, ya sea en términos de generación de empleos o el impulso a otras industrias vinculadas (biocombustibles y la cría de ganado menor), la Cappro mencionó en su último informe que primeramente se deben levantar algunas de las restricciones que limitan la capacidad de las agroindustrias locales para competir en igualdad de condiciones con las fábricas de otros países.

Actualmente, las agroindustrias son las únicas que no tienen derecho a la devolución del IVA al exportar productos procesados. A este escenario se suma la ausencia de un régimen de admisión temporaria, que permita aprovechar momentos específicos en los que resulte económicamente viable comprar soja de otros países y limitar así la ociosidad de la industria local, señaló el gremio.

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