El impacto del calor extremo en la educación: cómo afecta el aprendizaje y qué se puede hacer

El cambio climático representa uno de los mayores desafíos globales, y la educación emerge como una herramienta fundamental para abordarlo. El informe del Banco Mundial, Choosing Our Future: Education for Climate Action, resalta cómo la educación puede desempeñar un papel crucial tanto en la mitigación de los efectos del cambio climático como en la adaptación a sus impactos. Sin embargo, el estudio también advierte que los sistemas educativos están expuestos a los riesgos del cambio climático, lo que podría profundizar desigualdades existentes, especialmente en los países en desarrollo.

Incidencia global de días de calor extremo (>30°) en 2020
Incidencia global de días de calor extremo (>30°) en 2020Archivo, ABC Color

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El rol de la educación en la acción climática

El informe resalta que la educación es el indicador más importante de la conciencia sobre el cambio climático. Por ejemplo, un año adicional de educación puede aumentar esta conciencia en un 8,6%. En países como Brasil, según el informe, el 84% de las personas con educación secundaria o superior considera que el cambio climático es una amenaza importante, mientras que, entre quienes tienen un nivel educativo menor, la proporción se reduce al 62%.

Los desafíos para la educación en el mundo

El cambio climático también afecta a la educación. Este informe señala que, entre 2022 y 2024, aproximadamente 404 millones de estudiantes en 81 países experimentaron interrupciones en sus estudios como consecuencia de eventos climáticos extremos, como inundaciones, tormentas y olas de calor. Con esto, la pérdida de aprendizaje varía según el nivel de ingresos del país: las escuelas en países de bajos ingresos perdieron en promedio 18 días por año, mientras que en los países de altos ingresos la pérdida fue solo de 2,4 días.

Además, de acuerdo con el Banco Mundial, el aumento de las temperaturas también afecta al aprendizaje. Por un lado, en el caso de Brasil, se estima que un estudiante en los municipios más pobres podría perder hasta 0,5 años de aprendizaje debido a las altas temperaturas.

Particularmente, en Paraguay, las altas temperaturas registradas de manera recurrente, en conjunto con la infraestructura deficiente de las escuelas públicas, generan condiciones inadecuadas para el aprendizaje. El principal problema es estructural, ya que muchas aulas carecen del mobiliario necesario, como, por ejemplo, ventiladores y aire acondicionado, lo que agravaría el impacto del calor extremo en el desempeño de los estudiantes.

Como se observa en la Imagen 1, Paraguay se encuentra entre los países con mayor cantidad de días de calor extremo al año. Esta situación afecta especialmente a quienes asisten a instituciones públicas, donde no existen medidas adecuadas de mitigación frente a las condiciones climáticas adversas. La falta de infraestructura en las escuelas públicas es una de las problemáticas más urgentes que enfrenta la educación en el país.

Los países en desarrollo y el desafío de la educación verde

De acuerdo con el informe, en los países en desarrollo, especialmente en América Latina, la brecha en habilidades verdes es un obstáculo para la transición hacia economías sostenibles. Generalmente, existe una percepción errónea de que las habilidades verdes son exclusivas de campos técnicos, de ciencia y tecnología y, por ende, limitan las oportunidades laborales en este sector.

Según el reporte del Banco Mundial, se estima que la transición ecológica a nivel global requerirá 100 millones de nuevos empleos, además de la actualización de los perfiles de la mayoría de los empleos existentes, y la reubicación de 78 millones de personas cuyos puestos de trabajo desaparecerán. Sin embargo, en muchos países, la educación superior sigue sin responder a esta demanda.

Avances en materia climática en Paraguay

En Paraguay, la Política Nacional de Cambio Climático a cargo de la Dirección Nacional de Cambio Climático (DNCC), que se encuentra vigente desde el 2011, busca abordar esta problemática a nivel nacional y promover la aplicación de medidas que puedan alinearse con las prioridades de desarrollo del país. Su enfoque se enmarca en los compromisos que se asumieron en convenciones internacionales, con el propósito de garantizar la sostenibilidad del sistema.

Estos esfuerzos evidencian que el cambio climático no es un fenómeno ajeno al país. Aunque se implementaron algunas políticas, es fundamental reforzar las medidas a nivel nacional. En este contexto, la educación puede desempeñar un papel clave y, en conjunto, con la adaptación de la infraestructura escolar, podrían promover el empoderamiento de estudiantes y docentes como agentes de cambio.

Finalmente, la educación tiene el potencial de impulsar la acción climática, pero también está en riesgo por los impactos del cambio climático. Invertir en educación de calidad no solo contribuirá a la mitigación y adaptación climática, sino también fortalecerá el desarrollo económico y social a largo plazo, especialmente en los países en desarrollo. La acción inmediata es crucial para garantizar un futuro sostenible y resiliente para las próximas generaciones.

*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.

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