De acuerdo con el reporte del Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), en esta segunda quincena de abril, gran parte de la Región Oriental presentaba condiciones de “déficit leve y excesos hídricos”, con reservas de humedad acordes con las necesidades hídricas de los cultivos, que se asocian a las últimas precipitaciones registradas.
Prevé entonces que el cierre de abril se caracterice por acumulados importantes de lluvias en gran parte de la Región Oriental, con valores de entre 25 y más de 50 milímetros en zonas como San Pedro, Concepción, Caaguazú, Itapúa, Alto Paraná y Canindeyú, mientras que en Ñeembucú, Misiones y áreas del Chaco Central y el Alto Chaco se presentarían precipitaciones más limitadas, con registros inferiores a los 15 milímetros.
“Las precipitaciones previstas serán de gran beneficio para los cultivos que aún se encuentran en etapas críticas como la de llenado de granos. El aumento de la humedad del suelo contribuirá a mitigar el estrés hídrico, optimizar el potencial de rendimiento y propiciar una maduración más homogénea”, explicó el Inbio.
Déficit de lluvias para mayo
No obstante, estas condiciones no se mantendrían para mayo próximo, en el que se espera un régimen de lluvias con “un comportamiento inferior a lo normal” en la mayor parte del territorio nacional.
Las “anomalías negativas” más marcadas se presentarían en los departamentos del este y sureste del país como, por ejemplo, Canindeyú, Alto Paraná, Caazapá e Itapúa, donde prevé una disminución de hasta 40 milímetros respecto a la media normal para este periodo. Aunque, en el resto de la Región Oriental se esperan déficits de entre 15 a 25 milímetros.
“En la Región Occidental, las condiciones serán cercanas a lo normal o con una disminución de hasta 10 milímetros con relación a lo que normalmente llueve en este periodo”, agregó.
Si bien la disminución de las lluvias favorece la cosecha de los cultivos, reduce riesgos de enfermedades fúngicas y propicia pérdidas por exceso de humedad en campo, en zonas en los que los cultivos aún están en la fase de llenado de granos, las lluvias deficitarias podrían afectar el rendimiento esperado.
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Además, las estimaciones de déficit de lluvias previstas pueden representar un desafío para la siembra y emergencia de los cultivos de otoño, especialmente en suelos con textura más arenosa. “Es importante que los productores sigan una buena planificación de siembra, considerando retrasarlo si las condiciones de humedad del suelo no son óptimas a fin de evitar pérdidas en la germinación”, alertó.